El gobernador del Banco de México estuvo ayer de manteles largos por el festejo del vigésimo aniversario de la autonomía del Banco.
Según el doctor Carstens, esta autonomía “hoy puede mostrar, con resultados contundentes, que se trató de un cambio institucional profundamente acertado y provechoso para todos los mexicanos”.
Sin embargo, lo de lo provechoso todavía está por verse.
Y es que si bien es cierto que desde hace casi 14 años la inflación anual registrada en México ha sido de un solo dígito, como presumió ayer Agustín Carstens, también es cierto que el promedio de crecimiento de los últimos 12 años ha sido el peor del último cuarto de siglo.
La política monetaria dictada por el Banco de México ha propiciado un dólar barato que ha abaratado las importaciones.
¿De qué les sirve a las personas que la inflación sea baja si no hay crecimiento económico ni empleos?
Y no es que estemos a favor de la inflación, sino de una política monetaria que no inhiba el crecimiento económico de México.
Lo peor del caso es que el modelito seguido por Vicente Fox y Felipe Calderón, es prácticamente el mismo que está siguiendo el presidente Peña Nieto.
¿Por qué insistir en seguir modelos que han fracasado?
¿No sería mejor hacer lo que hicieron los países asiáticos en las dos últimas décadas?
Todo está consumado
Si no hay un contratiempo de última hora, la reforma fiscal será aprobada el próximo viernes a gusto del gobierno.
Con todo y lo que digan los panistas Gustavo Madero, y Ernesto Cordero.
Y es que el también panista Isabel Trejo, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, anunció que el próximo viernes el aumento de impuestos será aprobado en el pleno.
Es decir: los líderes de los partidos y de las bancadas ya llegaron a un acuerdo con el secretario de Hacienda, que no es necesariamente el que quisieran la mayoría de los ciudadanos.
No se dejarán
Como se esperaba, los Chuchos ya le respondieron a Marcelo Ebrard que no se dejarán arrebatar el control del PRD.
El presidente del PRD, Jesús Zambrano, fue muy claro al declarar que si Ebrard quiere que una encuesta sea la que defina la sucesión, primero tendrá que convencer a la Asamblea para que se modifique el estatuto.
