La Autoridad Investigadora (AI) de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) ha emitido un duro dictamen preliminar en el que señala graves preocupaciones sobre la falta de competencia en el mercado de la harina de maíz nixtamalizado en México, señalando específicamente a Gruma, fabricante de productos a base de maíz.
Lo delicado en esta empresa es disfrutar sobre el mercado en el que desempeña su negocio y que hoy se dice está afectando a los consumidores mexicanos. De acuerdo con la investigación, la empresa ha establecido una posición tan dominante que ha asfixiado prácticamente cualquier posibilidad de competencia real en este mercado, dejando a consumidores y productores sin opciones viables.
Preocupante además, porque la AI determinó que Gruma controla entre el 50 por ciento y el 90 por ciento de las ventas en las distintas regiones que Cofece ha delimitado para el análisis, abarcando un período de seis años, de 2016 a 2022.
En algunas regiones, la situación es aún más alarmante, ya que casi nueve de cada 10 kilos de harina son vendidos por Gruma, lo que indica una falta de competencia casi total. Además, la empresa goza de una ventaja competitiva abrumadora, con una participación de mercado de entre 22 y 80 puntos porcentuales por encima de su competidor más cercano en cada región.
Esta concentración extrema de poder no solo le permite a Gruma establecer precios artificialmente altos –un promedio de 10 por ciento más elevados que los de sus competidores a nivel nacional–, sino también controlar prácticamente el acceso al mercado. La falta de competencia efectiva en el sector de la harina de maíz es particularmente preocupante debido a la importancia de este insumo en la dieta básica de millones de mexicanos.
El hecho de que una sola empresa domine este mercado, con la capacidad de fijar precios a su conveniencia, afecta directamente el costo de productos esenciales como las tortillas, un alimento central en la canasta básica. Además, de acuerdo con la Cofece, Gruma ha implementado estrategias deliberadas para impedir que los tortilleros –sus principales clientes– puedan cambiar de proveedor, creando barreras adicionales que distorsionan el mercado.
Esto ya se adelantaba en el pasado justamente por el gremio dedicado a este negocio, y Gruma no hizo ningún cambio, por lo que estás prácticas van en contra del principio de libre competencia, y su único objetivo es mantener el dominio de la empresa a expensas de la economía mexicana y de los consumidores, incluso no hace mucho presumió que invertiría en una planta en Yucatán.
A pesar de la estabilidad en los precios del maíz, Gruma ha aumentado constantemente los precios de la harina, lo que ha llamado la atención de las autoridades reguladoras, sobre todo en un contexto de esfuerzos gubernamentales para controlar la inflación, como el Paquete Contra la Inflación y Carestía (Pacic), lanzado en 2022. Ellos dirán que no pero incluso durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, Gruma fue señalada por su renuencia a colaborar con estas iniciativas, manteniendo sus precios altos a pesar de las medidas gubernamentales destinadas a proteger a los consumidores. Esto ha generado un impacto directo en los precios de productos de la canasta básica, exacerbando los efectos de la inflación en los hogares mexicanos más vulnerables.
Hoy Cofece ha propuesto que Gruma venda cinco de sus 18 plantas de producción de harina de maíz nixtamalizado en México, ubicadas en Chalco, Culiacán, Río Bravo, Veracruz y Celaya, como una medida necesaria para restablecer un nivel mínimo de competencia en el mercado.
Esta venta incluiría no solo las plantas, sino también la flota de distribución y la fuerza de ventas asociada a estas instalaciones, lo que permitiría que nuevos actores o competidores existentes pudieran ingresar y competir de manera más equitativa. Sin embargo, dice lo que dicen siempre las empresas señaladas de abusivas, Gruma dice que analizará el contenido del dictamen preliminar y agotará todas las instancias legales antes de aceptar cualquier medida correctiva.
Y aunque este dictamen es preliminar aún debe ser revisado por el pleno de la Cofece, lo que significa que la empresa podría continuar con el abuso señalado, y por ahora solo sería señalada a cumplir con las recomendaciones de la AI. No obstante, si el dictamen es ratificado, Gruma tendría un plazo máximo de dos años para desincorporar los activos señalados, así de bondadosa la autoridad.
La concentración de poder de Gruma en el mercado de la harina de maíz es una clara muestra de cómo una empresa puede abusar de su posición dominante. La propuesta de Cofece es un primer paso importante para restablecer las condiciones de competencia efectiva, pero el proceso aún enfrenta obstáculos. Mientras tanto, la falta de competencia sigue afectando a millones de consumidores mexicanos, quienes, sin opciones alternativas viables, se ven obligados a pagar precios inflados por productos esenciales.
Este dictamen también pone de relieve las limitaciones de las políticas públicas cuando se enfrentan a empresas poderosas que priorizan sus beneficios sobre el bienestar de la población. Eso sí, Gruma tuvo una caída del 7.56% en sus acciones tras el anuncio que ahora muestra nerviosismo de los inversionistas ante la posibilidad de que la empresa finalmente enfrente las consecuencias de sus prácticas monopólicas.
Aún así, el camino hacia una resolución definitiva será largo, y es posible que Gruma busque evitar cualquier medida que ponga en peligro su hegemonía en el mercado. En última instancia, el caso de Gruma es una lección sobre los riesgos de la concentración de mercado y la necesidad urgente de reforzar las políticas de competencia para proteger a los consumidores de los abusos de las grandes corporaciones.
Además que aún ellos apostando a su gama de productos y a su marca Mission, sus productos no son los mejores, quizá ellos pudieran decir que fue un lote con una mala producción el que alguna vez consumimos pero cada quién decide con qué productos arriesga su paladar y su salud.
Voz en off
La Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) aprobó un importante convenio de revisión salarial y contractual con Aeroméxico, logrando un incremento directo al salario del 7.5 por ciento y un 12.5 por ciento adicional en otros beneficios contractuales.
Este acuerdo, alcanzado tras negociaciones complejas, ha sido bien recibido por la mayoría de los pilotos en la Asamblea General, lo que ha permitido evitar la huelga planeada para este 8 de octubre.
Aún así esto se someterá a disposición de los pilotos para su análisis y posterior votación en urnas, siguiendo un proceso democrático en el que cada piloto podrá expresar su posición de manera personal y secreta. ASPA confía en este procedimiento, que ha sido parte de sus prácticas durante años.
Bien por Aeroméxico, bien por ASPA…