Quiero comenzar este espacio agradeciendo a las víctimas del exdiputado de Morena, Benjamín Saúl Huerta, por atreverse a romper el silencio y denunciar a su agresor. Hoy gracias a su valentía la justicia gana.
Nadie nunca olvidará aquel video en el que se observa a Saúl Huerta salir detenido de un hotel de la Ciudad de México, por tres policías y en el que violentó a una de sus víctimas, luego de que este lo denunciará.
Pese a que algunos de su partido salieron a defender a Huerta, y él mismo negara lo sucedido, las imágenes hablaron por sí solas, y no solo eso, llevaron a que otra de sus víctimas denunciara también las agresiones sexuales en su contra.
Por eso celebro que hoy se le haya dictado una sentencia de 22 años de cárcel, que si bien no son nada para la reparación del daño de las víctimas, sí lo son para dejar el antecedente de que ningún agresor sexual debe quedar impune, mucho menos cuando ostente un cargo público.
Nunca más, ninguna persona, menos un funcionario público, debe abusar de su cargo para cometer delitos contra niñas, niños y adolescentes.
La violencia sexual infantil en México es un delito con 99.9 por ciento de impunidad, nuestro país es el segundo lugar en turismo sexual infantil y producimos el 60 por ciento de la pornografía infantil que se consume en el mundo.
Organizaciones civiles han señalado que en el 74 por ciento de los casos de violencia sexual infantil, las víctimas refieren que el agresor es un familiar o conocido cercano al primer círculo del menor.
Por eso es inconcebible que un funcionario público, en el caso de Saúl Huerta, quien era diputado federal, aprovechándose de las necesidades económicas, materiales o de cualquier otra, cometa violencia sexual infantil, y además de ello, buscara protegerse bajo un fuero constitucional.
Quienes trabajamos por la defensa, protección y garantía de los derechos humanos de las niñas, niños y adolescentes, así como de salvaguardar su interés superior, seguiremos en la lucha de ir cerrándoles las puertas de la impunidad a los agresores sexuales, y para que haya justicia para las víctimas.
La justicia para las víctimas de violencia sexual infantil debe ser implacable. Que como las víctimas de Saúl Huerta, se denuncien estos reprobables actos y se les crea a las menores.
Hay que romper el silencio y denunciar a estos criminales.