Gobernación, Economía y Hacienda

Transnacionales en América Latina

La llegada de Salvador Allende a la presidencia de Chile (4 de noviembre de 1970), fue después de una larga y ardua lucha.

A partir de ese mes de noviembre, el gobierno socialista chileno mostró lo que sería un modelo de desarrollo. Por ello nacionalizó las instituciones bancarias, así como sectores que resultaban básicos en ese país.

De esta manera las corporaciones International Telephone and Telegraph (ITT), hoy convertido en ATT; la Kennecott Copper Co., y la Anaconda Mining Copper Company, fueron nacionalizadas.

El Faraón El Faraón Publicado el
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Que para eso es heredero del “Apóstol de la Democracia”, para partirse el alma por Acción Nacional, claro, desde la dirigencia, de lo contrario no tiene chiste
El presidente Lázaro Cárdenas del Río se adelantó a su tiempo. Nacionalizó la industria petrolera, se enfrentó a las corporaciones en 1938, en aquella ocasión no hubo golpe de Estado. Sin embargo, 75 años después perdió una batalla, pero no la guerra

Transnacionales en América Latina

La llegada de Salvador Allende a la presidencia de Chile (4 de noviembre de 1970), fue después de una larga y ardua lucha.

A partir de ese mes de noviembre, el gobierno socialista chileno mostró lo que sería un modelo de desarrollo. Por ello nacionalizó las instituciones bancarias, así como sectores que resultaban básicos en ese país.

De esta manera las corporaciones International Telephone and Telegraph (ITT), hoy convertido en ATT; la Kennecott Copper Co., y la Anaconda Mining Copper Company, fueron nacionalizadas.

Posterior al golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, mucha documentación ha revelado la participación de la minera Anaconda y la telefónica ITT en las maniobras efectuadas antes y durante el derrocamiento de Salvador Allende.

Es obligado recordar este lamentable pasaje histórico latinoamericano para hacer referencia a lo que apenas ocurrió en Argentina, cuyo gobierno se ha convertido en una piedra en el zapato de Estados Unidos.

El 16 de abril del 2012 la presidenta Cristina Fernández envió un proyecto de ley al Congreso Nacional para expropiar el 51 por ciento de las acciones de la petrolera Repsol-YPF, y declaró de “interés público y nacional” el “autoabastecimiento de hidrocarburos”.

En esa ocasión Cristina Fernández explicó que la decisión presidencial no se trató de un modelo de estatización, sino de “una recuperación de la soberanía”.

Un año después, entre agosto y septiembre de 2013 se aprobaron contratos con la petrolera estadounidense Chevron, para trabajar conjuntamente con YPF en trabajos de explotación con el objetivo de aumentar las reservas energéticas argentinas.

La empresa argentina dará las áreas a concesión, mientras que ambas partes se encargarán de los gastos de exploración y explotación. Como consecuencia de las restricciones cambiarías, el acuerdo le tuvo que permitir a Chevron no pagar retenciones y libertad de cambio.

Esto resulta interesante, pues tiene qué ver con otra acción de las multinacionales petroleras en tierras argentinas. Y es que la semana pasada, la Shell compró 3 millones 561 mil dólares en el mercado de divisas a 8.70 pesos, lo que puso en evidencia que la operación estuvo muy por encima de la cotización del jueves, la cual estaba a en 7.20 pesos argentinos por dólar y cuyo valor al cierre de ese día fue de 8 pesos.

Las reacciones a esta maniobra de la Shell no se dejaron esperar y el dirigente de la Confederación General Económica, Ider Peretti, advirtió que “las corridas y golpes de mercado como los de los últimos días están fomentados por especuladores a los que lo único que les interesa es desestabilizar al gobierno y cambiar este modelo económico de desarrollo con inclusión social”.

El presidente Lázaro Cárdenas del Río se adelantó a su tiempo. Nacionalizó la industria petrolera, se enfrentó a las corporaciones en 1938, en aquella ocasión no hubo golpe de Estado. Sin embargo, 75 años después perdió una batalla, pero no la guerra.

Pese a los ejemplos anteriores, Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía y César Camacho, presidente del PRI, todavía están seguros que las multinacionales petroleras son hermanas de la caridad.

Michoacán, Guerrero y las autodefensas

Ángel Heladio Aguirre y Fausto Vallejo, gobernadores de Guerrero y Michoacán, respectivamente, fueron electos como tales para cumplir un periodo de cuatro años cada uno.

Es decir, que ambos mandatos concluirán en el 2015 y de esta manera los procesos electorales estatales se empatarán con el federal del año próximo.

Sin embargo, como una medida de salud pública no estaría nada mal que, tanto Aguirre Rivero y Vallejo Figueroa, desde ayer deberían haber dejado sus respectivos gobiernos, porque comparado con la influenza AH1N1, tanto Ángel como Fausto están dejando más víctimas a su paso y no hay vacuna para evitarlo, gracias a que no saben cómo actuar ante los problemas que significan la inseguridad y la violencia, que provocaron la aparición de las autodefensas en ambas entidades.

Cosa curiosa, pero el destino de un gobernador priista se encuentra atado al de un perredista y viceversa.

Porque si se cae uno de los dos, irremediablemente jalará al otro a un vacío que significa la vergüenza de ser defenestrado por ineptitud.

En los casos de Michoacán y Guerrero, hoy no se debe ver simplemente el árbol, sino el bosque. Porque de otra manera, en un futuro próximo la bola de nieve podría ser imparable.

¿Madero seguirá en el PAN? 

No nos haga caso, pero todo parece indicar que Gustavo Madero, contraviniendo el postulado de su tío-abuelo, Francisco ( “Sufragio Efectivo, no Reelección”), se sacrificará unos años más sirviendo al panismo del país.

Que para eso es heredero del “Apóstol de la Democracia”, para partirse el alma por Acción Nacional, claro, desde la dirigencia, de lo contrario no tiene chiste.

Lo extraño en todo este juego de la democracia a la que juegan los panaderos, es que primero buscan el apoyo, la fortaleza entre los legisladores, ya entre diputados, ya entre senadores ¿y los demás militantes qué, no cuentan?

Es idéntico el juego que trae Luisa María Calderón, con sus personeros Gil Zuarth, Lozano, Cortázar y la Gómez del Campo.

Y a los que parece ser que quedaron colgados de la brocha, son Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero ¿será?

Por estas cosas del poder, los panaderos quedarán más divididos que un rompecabezas.

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