Dejemos de lado el jersey de Tom Brady y sus consecuencias y pongamos atención el día de hoy, quienes somos aficionados al futbol, al interesante partido entre la selección la Selección Mexicana y la de Costa Rica (20:30 horas en el Estadio Azteca).
Los precios no son muy altos ni muy baratos, es la selección nacional, es un partido oficial, aquí no hay “moleros”, que puede marcar el rumbo de la clasificación del equipo mexicano, recordando que una victoria para el equipo mexicano representaría, quizá no estar calificado, pero sí dueño del propio destino y prácticamente ver por arriba del hombro los resultados de los rivales. Mismo caso de Costa Rica; si ellos nos ganan en eso que llaman “Aztecazo” (ojalá no, que la boca se les haga chicharrón), habría llegado a nueve puntos y con 11 ó 12 puntos se califica, esta es la realidad.
Más bien, para el partido de hoy, no esperemos ni que aparezca un “gigante de Concacaf”, ni tampoco un “Aztecazo”. No esperemos ninguna de estas dos cosas porque el equipo mexicano tiene el oficio, tiene la capacidad, el temperamento, los hombres para ganar.
Alguien me diría que aquellos que sufrieron el “aztecazo” también lo hicieron; sí, eran otras circunstancias, tiempos, formas. Cada chango en su mecate: si el Barcelona necesitaba meter seis goles y los metió, pues en aquella ocasión Costa Rica necesitaba lo que tuvo.
Pero olvidemos esto, no como que no existió, sino superemos esta parte de la misma forma que hay que superar, sin olvidar, las circunstancias por las que nos metió siete goles la selección chilena en la Copa América Centenario.
Ni Gigantes de Concacaf, porque no lo somos (y qué bueno que ese término ya no exista), pero sí queremos ser los mandones de Concacaf, hoy lo somos (aunque hay algunos que denostan este tema) porque somos campeones de la Copa Oro de Concacaf, porque le ganamos a Estados Unidos la eliminatoria para la Copa Confederaciones. Así de simple.
Pero también si los costarricenses vienen pensando que ya tienen el “aztecazo” sin jugarlo, pues que se confíen ellos.
Ninguno de los dos términos, yo diría que son polos opuestos. Vamos a esperar un partido cerrado, que va a ser difícil para el equipo mexicano superar las 8 ó 9 ausencias que tiene el equipo mexicano y que el Profe Osorio, más que improvisar, va a adaptar.
No le adelanto ninguna alineación porque eso es trabajo del técnico nacional, que así sea. Esperemos un triunfo, como sea. Aquí lo importante es sumar puntos, calificar a Rusia y, después, lo que venga.
