Finalmente se fue
Aunque luchó como gato boca arriba, finalmente renunció el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre.
Y es que aunque al exgobernador no se le pueda imputar una responsabilidad directa respecto de los desaparecidos de Iguala, si se le puede imputar la falta de capacidad para mantener la confianza de la población.
Si antes de la desgracia de Iguala la administración de Ángel Aguirre dejaba mucho que desear, después de lo acontecido, la renuncia se convirtió en una exigencia generalizada de la gente de Guerrero.
Redes de PoderAunque luchó como gato boca arriba, finalmente renunció el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre.
Y es que aunque al exgobernador no se le pueda imputar una responsabilidad directa respecto de los desaparecidos de Iguala, si se le puede imputar la falta de capacidad para mantener la confianza de la población.
Si antes de la desgracia de Iguala la administración de Ángel Aguirre dejaba mucho que desear, después de lo acontecido, la renuncia se convirtió en una exigencia generalizada de la gente de Guerrero.
Es cierto que con la renuncia de Aguirre no se va a resolver el problema, pero todo mundo está de acuerdo en que ayudará a distender un poco la tensión.
Otra vez los autodefensas
Qué casualidad que como en Michoacán, los grupos de autodefensas de Guerrero (guardias comunitarios), salieron más vivos que las fuerzas federales.
Y es que según ellos ya encontraron las fosas en las que están sepultados los estudiantes que desaparecieron en Iguala.
En consecuencia, de acuerdo con el script, no es difícil que pronto los policías comunitarios de Guerrero sean convocados a formar una especie de policía rural, como en Michoacán.
Sobre todo ahora que ya no hay policías municipales en 13 municipios de Guerrero.
Ahora nada más falta que sean los policías comunitarios, o la Policía Federal en su defecto, los que encuentren, si no es que lo han hecho ya, al exalcalde de Iguala, José Luis Abarca, y a su esposa.
El compromiso es con la gente
Tiene razón el senador guerrerense Armando Ríos Piter cuando dice que el PRD debe ser el partido que siempre debe estar del lado de la gente, y no de los gobernantes.
Ojalá el presidente del PRD, Carlos Navarrete, haya aprendido la lección.
La protesta no debe dar paso a la violencia
Aunque habrá quienes no estén de acuerdo, se hacía necesario que el presidente Enrique Peña Nieto condenara la violencia con la que se manifestaron algunas personas en Iguala al incendiar el palacio municipal.
Es lógico que la indignación de la gente se exprese en manifestaciones de protesta, pero es inaceptable que las protestas se conviertan en actitudes violentas en contra de las personas o de las instituciones del gobierno.
Por cierto, los que fueron el martes a la gran manifestación del DF pudieron atestiguar que los manifestantes siempre mantuvieron una actitud pacífica, a pesar de que no había policías.