Faltó tiempo… tenemos presidente

 

Desde la óptica de la comunicación, si respetamos la ecuación (cc=dm X f X t) que explica que la difusión de un mensaje multiplicado por la frecuencia y por el tiempo es lo que logra cambios de conducta, nuestro próximo presidente será EPN.

Pablo Mier y Terán Pablo Mier y Terán Publicado el
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Desde la óptica de la comunicación, si respetamos la ecuación (cc=dm X f X t) que explica que la difusión de un mensaje multiplicado por la frecuencia y por el tiempo es lo que logra cambios de conducta, nuestro próximo presidente será EPN.

Los dos meses que faltan de campaña no lo van a alcanzar a López Obrador ni a Josefina Vazquez Mota…, serían necesarios al menos dos meses más.

EPN ya no crecerá más en preferencias electorales, es más, bajará, y sus adversarios se acercarán más, pero ya no lo alcanzarán.

Empezó antes, fue más claro, tuvo más recursos, fue más disciplinado, hizo mejor campaña, aunque todo ello no signifique necesariamente que será mejor presidente.

A veces pienso que no siempre gana el mejor, sino el que hace una mejor campaña.

Ya nos ha sucedido en otras ocasiones…

¿En otras Foxcaciones?, preguntó aquel.

A las variables de la ecuación mensaje, frecuencia y tiempo añadamos audiencia.

Si analizamos la audiencia que va por Peña Nieto, encontraremos que en su mayoría no está compuesta precisamente por intelectuales, ni estudiantes, ni profesionistas.

Es -podríamos decirlo así- una mayoría poco consumidora de mensajes estructurados. Es más bien una mayoría adicta a la imagen y por lo mismo difícil de cambiar en el corto plazo.

Se han equivocado quienes atacan a Peña con ideas porque la gente no lo sigue precisamente por sus ideas. Debieron haberlo atacado con imágenes si nos atenemos al principio de que las ideas se destruyen con ideas y las imágenes con imágenes.

Hay quien afirma que Peña Nieto es un producto televisivo, de esos que necesitan las televisoras para jalar audiencia. Y es verdad.

Si contrastamos su imagen con la de Josefina –con respeto- o la de Andrés Manuel, la de Peña es más taquillera. Pero no todo lo que brilla es oro.

Recordemos cómo le ha ido a Nuevo León con Rodrigo Medina, del que algunos regios afirmaron que era su propio Peña Nieto.

Al ritmo que llevan las cosas ganará Peña Nieto, cuyo único reto es ahora no cometer errores, como lo hizo el Chelsea, que nunca fue mejor, pero terminó ganando al Barsa.

Y desde luego prohibido debatir y menos con periodistas libres como Carmen Aristegui, en formatos libres como el que se proponía en MVS.

Andrés Manuel, Josefina…, les faltó tiempo. En esta elección el Fox fue Peña Nieto. Siempre el mismo mensaje, siempre la misma imagen, siempre el mismo argumento, siempre la misma exposición.

Y todo desde varios años antes.

Andrés Manuel, Josefina, a falta de tiempo para que la ecuación les arroje un resultado favorable, aunque ya es muy difícil, hay que megarreforzar con fuerza el mensaje. Otro mensaje, otra intensidad, otros elementos… y visuales, inevitablemente visuales, porque es ese el lenguaje predilecto de los seguidores de Peña Nieto.

Si no viene algo espectacular, de verdad un boom visual de alto impacto, desde la óptica de comunicación, no hay posibilidad matemática de que pierda Peña.

Si en España, en el año 2004 Zapatero ganó fue por el M 11, el mayor atentado terrorista perpetrado jamás en España…

191 muertos y más de mil 500 heridos hicieron que la gente votara marcada por la tragedia y cambiara las tendencias electorales.

De no suceder algo visualmente espectacular –una sacudida de aquellas en el debate o, Dios no quiera, una tragedia que afecte a Peña Nieto, el ex mandatario mexiquense nos gobernará los próximos 6 años. La otra opción es una alianza.

Pero asumamos que no hay alianza ni hay la capacidad del mensaje visual contundente y necesario. Entonces a partir del primero de diciembre de este año nos gobernará Peña Nieto. Y esperamos todos que gobierne bien, por lo que permito con sencillez compartirle algunas modestas sugerencias:

— Hablar sin telepronter

 Perder el temor a debatir

 Gobernar con ideas más que con imágenes

 Desmarcarse de las televisoras

 Aceptar la crítica

 No dejarse atrapar por el PRI de siempre

 Superar “compromiso cumplido” y entender que un presidente está para algo mucho mayor que para cumplir compromisos

 Leer

 Ser él mismo, dejar de ser el político de probeta que muchos ven en él y manifestarse tal cuál es, sin miedo a mostrar lo que tiene, sea poco o sea mucho

— Aprender a hablar bien inglés

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