Facebook, dueño de la información
Orwell estaría orgulloso. O tal vez aterrado, depende de cómo se vea. George Orwell es un autor conocido por obras de ciencia ficción, sirviendo de alegoría para explicar fenómenos políticos Rebelión en la Granja o bien predecir el futuro con una hipótesis lógica, tanto dentro de su mundo irreal, como los paralelos dentro del nuestro. […]
Santiago GuerraOrwell estaría orgulloso. O tal vez aterrado, depende de cómo se vea.
George Orwell es un autor conocido por obras de ciencia ficción, sirviendo de alegoría para explicar fenómenos políticos Rebelión en la Granja o bien predecir el futuro con una hipótesis lógica, tanto dentro de su mundo irreal, como los paralelos dentro del nuestro. Porque el mejor arte, en este caso literatura, es aquel con la capacidad de ser universal y específico al mismo tiempo. Una fuerza capaz de, mediante una fantasía, convertirse en un espejo de la realidad.
Así lo presenta el autor en su novela 1984. Escrita en 1949, la trama se desarrolla en una versión sombría de Inglaterra donde una entidad misteriosa, conocida como “El Gran Hermano”, vigila constantemente a su población, para asegurarse de que sus órdenes estén siendo acatadas al pie de la letra. En esta sociedad, leer está prohibido, el vocabulario se reduce cada vez más. Los rebeldes, aquellos cuyas ideas son distintas al status quo, son vigilados y posteriormente castigados.
Aunque en la actualidad no es tan cruel o satánico, “El Gran Hermano” funciona como una metáfora del internet, llevada a su extremo. ¿Será posible? ¿Nuestra sociedad se estará convirtiendo, poco a poco, en una sujeta a la vigilancia? No está dentro del rango de lo imposible, por desgracia.
Una entidad capaz de representar tal magnitud de poder es Facebook. Tiene el control de tu perfil: fotos, videos, artículos; qué sigues, qué le das like, qué aparecen en tu línea del tiempo, entre otras cosas. También, bajo el nombre de WhatsApp, tiene el poder sobre tus mensajes y contactos, en una de las aplicaciones más populares del momento, así como el de Instagram, otra entidad clave en las redes sociales.
En un futuro cercano, la empresa también piensa tener el control de tu dinero.
Mediante una conferencia de prensa, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció el lanzamiento de Libra en 2020, una criptomoneda con el fin de hacer las transacciones, pagos bancarios y finanzas “tan fácil como enviar mensajes”. El objetivo es crear una moneda electrónica universal, que no modificará su valor drásticamente gracias a los márgenes de control dentro del sistema. Ya muchas empresas se han unido a la iniciativa, como Mastercard, Uber, PayPal y Spotify, entre otros
La influencia de esta plataforma surgió de Bitcoin, un estilo de criptomoneda similar. Sin embargo, los alcances masivos de Facebook tienen repercusiones aterradoras para los usuarios.
Como mencioné anteriormente en este artículo, los paralelos entre la famosa red social y el mundo tétrico creado por George Orwell empiezan a generar desconcierto. Porque, a pesar de no utilizar la información de los usuarios de una forma maquiavélica, o por lo menos no todo el tiempo, la empresa posee una cantidad absurda de información sobre millones de personas en todo el mundo.
El caso de Cambridge Analytica, donde se manipuló sutilmente a la población internauta en las elecciones de Estados Unidos, es un resultado significativo de las consecuencias de la manipulación hacia las personas, así como el uso de publicidad específica con el fin de incentivar al usuario a comprar tal o cual producto. Si encima le agregamos el factor financiero, quién sabe hasta dónde podría llegar la invasión de nuestra privacidad.
La empresa sabría perfectamente qué adquirimos en cada momento, nuestra situación económica o quiénes son nuestros apadrinados. En el mejor de los casos, los datos podrían ser utilizados para publicidad todavía más personalizada, dándote opciones económicas para distintos tipos de servicios. En el peor, se podría compartir la información con empresas no deseadas, o divulgar finanzas con tus contactos sin tu consentimiento.
Tal como dijo Littlefinger, personaje de la serie de Game of Thrones: “El conocimiento es poder”. Cuando hay poder, es necesario saber utilizarlo. Esperemos esté en las manos correctas.
Ojalá Orwell no tenga la razón.