F1 al límite: Máx, campeón, ‘Checo’, enorme

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Retomo las palabras siempre sabias, mordaces, aparentemente ingenuas, pero llenas de sabiduría de Yogi Berra, la gran leyenda del beisbol, para definir lo ocurrido en este apasionante final, no solo del GP de ABU DABI, sino del Mundial de Pilotos F1, que cerró jugándose todo a una vuelta cuando por toda la carrera Lewis Hamilton dominó con lujo de ventaja hasta que a falta de cinco vueltas de vino “ese” imponderable que nadie puede predecir. Nicholas Latifi estrella su Williams, lo que obliga a la entrada de un safety car que borra ventajas, permite entrar a pits y esperar que en esas cinco vueltas haya tiempo para una rearrancada, lo que así ocurrió, después de remover el carro accidentado y los escombros.

MAX Y LEWIS, AL LÍMITE

Pocas veces podremos ser testigos de una vuelta tan al límite en todo, en la capacidad de los pilotos, en la resistencia de los autos y, por si fuera poco, en jugársela por ganar el Gran Premio y el título del mundo.

Max y Lewis lo hicieron. Al aparecer el safety car, Red Bull llama a Max para ponerle llantas blandas de gran agarre, Mercedes se la juega dejando a Lewis en pista con neumáticos duros, ya muy gastados, suponiendo que en las cinco vueltas no se reanudaría la carrera y los autos recibirían la bandera en formación seguridad sin rebases. El control de carrera lanza señales dispares. Primero, anuncia que no se permite rebasar a los rezagados rodando entre Max y Lewis. Luego, de repente, anuncian que en la penúltima vuelta, se deben colocar como van en la carrera. Así, Max se coloca detrás de Lewis como marca reglamento, así arrancan la última vuelta en un duelazo muy pocas veces visto: Max rebasa al límite, aprovechando sus llantas nuevas cruzando la meta como ganador del Gran Premio y con esto de su primer título del mundo.

‘CHECO’, ENORME

“’Checo’ es leyenda”, comentó Max en la Vuelta 20 cuando Lewis dominaba con ventaja regresando a la pista después de cambiar llantas atacando a Pérez, que rodaba en primer lugar postergando su entrada a pits y recibía instrucciones de detenerlo como sea. Hamilton ataca como siempre, “Checo” no cede, intercambian posiciones hasta que, finalmente, Lewis toma la punta, maniobra de gente grande que le permite a Max recortar ocho segundos de oro para Red Bull.

Toda su carrera estuvo enfocado en apoyar a Max y a Red Bull. Así, al final acepta instrucciones de retirarse en la última vuelta para evitar que su muy castigado motor trajera otro safety car.

APARECEN LOS FANTASMAS

De entrada, en la arrancada, Max, maestro de éstas, es superado por Lewis que evita el choque en la primera curva. La orden de los comisarios obliga a Max a devolver la posición y Lewis se escapa tomando ventaja consistente, Mercedes fue superior toda la carrera, pero la de cuadros la vio caer el Red Bull de Verstappen en esa última vuelta de locura.

El safety car a cinco vueltas del final lo cambió todo. Max venía a 12 segundos imposibles de remontar en condiciones normales. Por si fuera poco, el percance lo provoca Nicolás Latiffi en su WIlliams, escudería y piloto asociados a ¡Mercedes!

LAS PATALETAS DE MERCEDES

Como siempre, las escuderías grandes presionan a la autoridad cuando todo apuntaba a terminar carrera detrás del safety car. Se da la orden de lanzar la última vuelta, Toto Wolff, jefazo de Mercedes, reclama a gritos por la radio, el comisario le responde: “Así son las carreras de autos”.

Antes, cuando “Checo” “tapaba” a Lewis reclaman: “Este es manejo peligroso”; el comisario responde: “no es así, es sólo manejo duro”.

EL CAMPEÓN

Max alcanza su primer título apenas a sus 24 años de edad y agradece, como debe ser, “la confianza y apoyo de la gran escudería Red Bull Racing”.

Lewis acepta su derrota, quizá de diente para afuera. Con deportivismo, promete junto con Mercedes regresar más fuertes.

“Checo” alcanza ya su status de “gente grande” en la Fórmula 1, pero principalmente dentro de Red Bull Racing que lo reconoce, felicita y consolida su posición.

Qué razón tenía Yogi Berra: “Esto no se acaba … hasta que se acaba”. Así de fácil.

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