Éxodo intelectual

En el final de El señor de los Anillos, los elfos deciden dejar la Tierra Media. Una vez destruido el anillo de poder, marchan  juntos hacia el oeste dónde los esperan las embarcaciones que los llevarán a su nueva tierra: Valinor. El mensaje es claro, es el fin de una era y los elfos heredan al mundo a los humanos. Ha llegado su momento. 

Emilio Lezama Emilio Lezama Publicado el
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En el final de El señor de los Anillos, los elfos deciden dejar la Tierra Media. Una vez destruido el anillo de poder, marchan  juntos hacia el oeste dónde los esperan las embarcaciones que los llevarán a su nueva tierra: Valinor. El mensaje es claro, es el fin de una era y los elfos heredan al mundo a los humanos. Ha llegado su momento. 

Me es inevitable hacer alusión a ese momento culminante del Señor de los Anillos. Tal pareciera que los pensadores mexicanos han decidido seguir el camino de los elfos. Uno tras otro nos van desertando, abandonándonos a nuestra suerte, o peor aún a nuestro presente, a nuestro futuro. 

El éxodo cultural mexicano comenzó en 2010 con una pérdida que dejó más huérfanos que cualquier otra. Carlos Monsiváis nos dejó y lo hizo con el humor e ironía con los que tan precisamente logró estudiar y denunciar las paradojas de nuestra sociedad. En un momento político donde AMLO y el Gobierno Federal no podían verse la cara, quizás por única vez en el sexenio, la despedida de Monsiváis los obligó a compartir espacio y evento. Parecía que Monsiváis jugaba su última broma.

Pocos meses después, German Dehesa perdió su larga batalla contra el cáncer y un año después México se quedó sin su más importante periodista: Miguel Ángel Granados Chapa.  Tan solo hace unas semanas falleció el filósofo Luis Villoro, un pensador que indagó y analizó el mundo indígena de nuestro país. Fue además un interlocutor entre los muchos mexicos interpuestos que conforman nuestra nación; durante años, mantuvo un dialogo con el Subcomandante Marcos que nos ayudó a comprender mejor la situación de Chiapas.

Pero de todas las áreas en las que hemos perdido a figuras culturales irremplazables, ninguna ha sido tan afectada como la literatura. Daniel Sada se fue cuando estaba produciendo las novelas más interesantes de la lengua española. Carlos Fuentes ha sido el más célebre novelista que ha dado nuestro país al mundo. Ni Gelman ni Mutis nacieron mexicanos, pero lo fueron por gran parte de su vida y su aportación a nuestra cultura es inconmensurable.  Federico Campbell fue una figura esencial en la escena literaria del país y su vecino José Emilio Pacheco fue uno de los autores más queridos de América Latina. 

Pero todos estos personajes comparten algo más que su importancia cultural para nuestro país. Fueron también actores claves en la lucha por la democratización de México. No siempre es fácil entender los avances que el país ha tenido en este sentido, pero sin duda han habido cambios importantes que hace unas décadas eran impensables. A estos personajes les debemos mucho dentro de estos logros. Todos ellos empezaron sus carreras en un México donde la libertad de expresión y la elección popular no existían. Su lucha junto a las de muchos otros mexicanos nos ha otorgado ambas cosas. Dentro de largo camino que tenemos por delante, gracias a ellos tenemos aún más por detrás.

Montemayor, Monsiváis, Dehesa, Granados Chapa, Sada, Fuentes, Gelman, Pacheco, Campbell, Villoro: Es sin duda el fin de una era, los elfos han zarpado hacia Valinor y han dejado a los mortales una gran responsabilidad sobre esta tierra media que es México. Si en el señor de los anillos, la destrucción del anillo del poder es el signo de que el ciclo de elfos ha acabado pues han cumplido su misión, en nuestro México la llegada de una cultura democrática aún imperfecta pero mejorada, ha sido la llamada para que nuestros elfos nos abandonen. Ahora esta tierra nos queda a nosotros. ¿Estamos listos?

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