Espíritu de triunfo
Lo más importante no es ganar o perder en el momento, triunfar o ser derrotado, lo importante es mantener siempre el espíritu de triunfo, entender que ese sueño que tenemos siempre debe estar vivo por que los sueños no mueren con las derrotas.
“Espíritu de Triunfo” es una nueva película Mexicana que vale la pena ver, inspirada en una historia cotidiana que entremezcla de modo sencillo y ameno realidades tan mexicanas como el futbol, el desempleo, la enfermedad y el amor, donde al final, gracias al espíritu de lucha, se logra alcanzar el sueño.
Pablo Mier y TeránLo más importante no es ganar o perder en el momento, triunfar o ser derrotado, lo importante es mantener siempre el espíritu de triunfo, entender que ese sueño que tenemos siempre debe estar vivo por que los sueños no mueren con las derrotas.
“Espíritu de Triunfo” es una nueva película Mexicana que vale la pena ver, inspirada en una historia cotidiana que entremezcla de modo sencillo y ameno realidades tan mexicanas como el futbol, el desempleo, la enfermedad y el amor, donde al final, gracias al espíritu de lucha, se logra alcanzar el sueño.
Con la participación especial de Edson Arantes Do nascimento “Pele”, Oswaldo Sánchez, Daniel “El Hachita” Ludueña, Matías Vuoso y la actuación de Eric del Castillo, Alejandro De la Madrid, Citlali Galindo, Geovana Acha, Irene Arcila y otros, la cinta capta la atención encajando inevitablemente con las aspiraciones, ilusiones y problemas del espectador, logrando que los 87 minutos de duración transcurran velozmente.
La película, la historia del Club Santos, invita a todo México a ser tierra de guerreros. Me acordé de Sueños de México, ese proyecto en ciernes de Gonzalo Abascal que pretende devolver al Mexicano la capacitad de soñar y de confiar en sus sueños.
Espíritu de Triunfo fue premiada por el Festival Internacional Tercer Milenio por ser una historia orientada al espectador, un filme que invita a la reflexión y a la trascendencia, que toca la realidad más cruda del mexicano poniéndolo ante la inevitable disyuntiva del acceso al triunfo o al fracaso, según su propia decisión y determinación.
En un momento como el que vivimos de cambio de gobiernos, de fin de año, de apretones económicos por todos lados, de golpes de la violencia, me atrevo a afirmar que la película nos viene bien porque en ella se conjugan los elementos para el cambio de raíz, no es un té o un mejoral que atiende síntomas. Toca fondo.
La actuación especial de Eric del Castillo, quien protagoniza al Profe, requiere mención especial porque con su estilo –suave, dulce y oportuno- acompaña a cada personajes -el futbolista, el desempleado, el enfermo- a no darse por vencido, a ser un guerrero, a entender que su sueño vale pero es él, el dueño de ese sueño, el único que podrá hacerlo real.
Los sueños solo habitan en las personas y son ellas, en las que se hospedan esos sueños, los únicos que pueden hacerlos realidad. A eso llamamos sin temor a equivocarnos espíritu de triunfo.
Agradezco mucho al director de la cinta, Miguel Rico Talavera, porque de un modo sencillo y ameno transmite que la solución está en uno mismo, realidad que normalmente a los políticos se les olvida en su afán de presentarse como redentores con la vieja mentira, que solo empobrece, de que ahora sí las cosas van a cambiar.
Felicidades finalmente a Eduardo Ricalde Medina a Miguel Rico Talavera y a Alfredo R. Weitzner por haber logrado llevar a la pantalla esta inspiradora historia con tres historias paralelas: futbol, desempleo y enfermedad, que relatan los problemas y situaciones complejas con las que los asistentes se identifican y dan cuenta que a pesar de las adversidades el esfuerzo, la dedicación, el trabajo en equipo y la fe, siempre serán recompensados.