Entre la ley, la justicia y el deber ser

Nunca olvidaré una película sobre el caso de un violador que sale absuelto en los Estados Unidos porque las pruebas aportadas fueron recogidas de forma ilegal, lo cual las hizo inválidas y por tanto el delincuente quedó en libertad.  Al final el abogado de la víctima decía: “Alguien secuestro la justicia, la escondió en las leyes y hoy no las puede ya encontrar”.

Eso parece suceder en muchas ocasiones y al ciudadano de a pie nos cuesta entenderlo y aceptarlo. 

Así parece ser en Nuevo León el caso de la elección del Auditor Superior del Estado.  

Tatiana Clouthier Tatiana Clouthier Publicado el
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Nunca olvidaré una película sobre el caso de un violador que sale absuelto en los Estados Unidos porque las pruebas aportadas fueron recogidas de forma ilegal, lo cual las hizo inválidas y por tanto el delincuente quedó en libertad.  Al final el abogado de la víctima decía: “Alguien secuestro la justicia, la escondió en las leyes y hoy no las puede ya encontrar”.

Eso parece suceder en muchas ocasiones y al ciudadano de a pie nos cuesta entenderlo y aceptarlo. 

Así parece ser en Nuevo León el caso de la elección del Auditor Superior del Estado.  

Por un lado, la ley no sólo es limitativa, sino hasta ridícula, al exigir que para la selección del encargado al puesto, debe haber consenso. Ups, algo complicado cuando normalmente se ha visto cómo el gobernante en turno lo que hace es buscar quién le palomee sus finanzas y sus hechos “semi apegados” a derecho.

Pues en nuestro estado entraron a participar como posibles auditores 16 y en realidad los requisitos son bastante laxos, o pasables, si consideramos la importancia del puesto. 

Además, de tener que ser un puesto con alguien de conocimiento en el área, pero además con ética más allá de lo que diga la ley. 

Tristemente, hoy no es el caso.  Y es ahí en donde los legisladores locales encuentran una salida para palomear lo que les conviene, o dicen tener limitaciones cuando supuestamente quieren hacer las cosas bien, argumentan que la ley los termina “limitando”. 

Con esto, queda al descubierto lo que pasa al final de cuentas en otros municipios y lugares del país.  Veamos:

En San Pedro acaban de elegir a la nueva secretaria de Desarrollo Sustentable y escogieron a una abogada. Perdónenme, pero ese es un puesto técnico y la ética de la recién nombrada no es el problema, sino la falta de conocimiento sobre el tema al momento de ver un plano y comprenderlo.  ¡Ah!… Dirá el alcalde, pero no viola la ley. ¿Eso es responsable y ético? Yo digo que no.

A nivel nacional el secretario de Energía tiene gasolineras y se hizo un escándalo con su caso, pues se presume que está en el límite de lo permitido y de lo ilegal, pero su respuesta es: “estoy dentro de la ley”.  

Pero para usted y el ciudadano común, pensamos que tiene conflicto de intereses.

Cuando el desafuero de AMLO, un amigo de él, vinculado directa o indirectamente a su pasado, se excusó de la votación por considerar que tenía conflicto te intereses, al igual que Federico Doring, quien por razones de conflictos personales, entre otras, pidió ser excusado de la votación también.  

Realmente ninguno de los dos “tenía” la obligación legal de hacerlo, pero ambos consideraron que éticamente era lo mejor.

Esa es una situación constante en la vida pública, pero al final de cuentas siempre se debe buscar ir por el bien mayor y si la ley lo permite ir más allá. 

Es importante cambiar la ley, y tal vez éste sea el caso hoy en día con el auditor de Nuevo León, en donde a causa de las fallas propias de la normatividad debiese buscarse un interino acotado en tiempo, mientras la ley se corrige y se dejan fuera las deficiencias.

Imagínese usted, hoy por hoy, está queriendo competir un empleado de la Hacienda Federal, quien quizás podrá ser la maravilla en turno, pero no tiene la confianza de la sociedad y por razones obvias, hasta podría pensarse que es un acción planeada para seguir tapando las cochinadas del actual gobierno de Nuevo León, que al final de cuentas están sopesadas desde lo federal y con esto cerrarían la pinza.

Y al final, el ciudadano también enfrenta estos retos: “si la ley me lo permite, pago la multa o la fianza y salgo libre”. La decisión constante seguirá siendo entre la ley, la ética y la justicia.

P.D.   TAL PARECE QUE EL MISMO CASO SE DIO AHORA CON LA CONCESIÓN PARA LA RECOLECCIÓN DE LA BASURA EN SAN PEDRO.

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