Engañadas

Jean Kilbourne, una profesional de la comunicación que ha dedicado años de su vida a estudiar la imagen de la mujer en la publicidad, ha publicado en YouTube el vídeo más claro, sencillo, breve y completo sobre cómo la publicidad engaña a las  mujeres en los últimos años. El vídeo, llamado Killing Us Softly 4  tiene más de 3.5 millones de vistas y su contenido inspira estas líneas.

Pablo Mier y Terán Pablo Mier y Terán Publicado el
Comparte esta nota

Jean Kilbourne, una profesional de la comunicación que ha dedicado años de su vida a estudiar la imagen de la mujer en la publicidad, ha publicado en YouTube el vídeo más claro, sencillo, breve y completo sobre cómo la publicidad engaña a las  mujeres en los últimos años. El vídeo, llamado Killing Us Softly 4  tiene más de 3.5 millones de vistas y su contenido inspira estas líneas.

¿Qué les dice la publicidad a las mujeres en los últimos tiempos? Lo que siempre les ha dicho, pero ahora de un modo más intenso, más mentiroso y ellas han aprendido desde muy temprana edad: que deben gastar enormes cantidades de tiempo, energía y dinero tratando de lograr un look que no lograrán nunca porque es un look irreal, que no corresponde a nadie ni siquiera a las modelos mismas.

Recientemente la modelo Cindy Crawford decía: “desearía verme como la Cindy Crawford que aparece en las revistas”, pero no podía porque este es un look que ha sido creado a través de la aerografía en cosméticos y en estos días a través de la magia del retoque en la computadora.  

Algo similar le sucedió a Kate Winslet cuando la revista GQ  mejoró su foto en portada y ella exclamó “no me veo así y no quiero verme así… les aseguro que hay reducido el tamaño de mis piernas, que me han cambiado”.

Son los mercaderes de la comunicación, discípulos de Goebbels, que obsesionados con la venta, fabrican “verdades” a base de repetir mentiras.

Es la tiranía de la imagen que ha logrado someter a la mujer haciéndola pensar que si no puede ser así, no logrará nada en la vida; que si no es bonita, delgada, proporcionada, perfecta… su vida pierde sentido. En la obsesión por alcanzar la belleza de una modelo irreal e inalcanzable.

Hablamos de un mensaje perverso que obliga a las mujeres desde sus 10 años a ser imposiblemente hermosas y ese terrible énfasis en la supuesta perfección física además de una epidemia de desórdenes alimenticios les impide a las niñas desarrollar otras áreas superiores como la feminidad.  

A fuerza de presentar como real lo que no lo es, afirma Kilbourne, convertimos a la mujer en cosa, en cuerpo de una cerveza modelo, o bien en parte de un  videojuego…la publicidad juega con sus cuerpos, los viste y desviste como le viene en gana, los hace cosa y a veces parte de cosa y de ahí a la violencia y el abuso no hay más que un paso.

A las mujeres, dos frases, una es de Woody Allen: “No conozco la clave del éxito, pero la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo”. Y otra de Gloria Gaynor: “La autoestima viene de lo que tú piensas de ti mismo, no de lo que los demás piensan de ti”.

A los publicistas una sola: “El mensaje engaña y miente cuando le falta silencio y reflexión”.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil