En la antesala de las leyendas

El escenario está listo, los reflectores se han probado por casi todos los estadios de la NFL una y otra vez a lo largo de  17 semanas en temporada regular, y las tres de playoffs.

Esas luces se han colocado ahora en el METLIFE STADIUM de Nueva Jersey la casa de los Gigantes y Jets vestida de gala este domingo 2 de febrero para el Super Bowl 48. Temperatura por debajo de los cero grados a cielo abierto para hacer de este Super Bowl algo único y quizá irrepetible.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Manning está listo para asumir el rol de líder y ser el primer quarterback campeón con dos equipos diferentes

El escenario está listo, los reflectores se han probado por casi todos los estadios de la NFL una y otra vez a lo largo de  17 semanas en temporada regular, y las tres de playoffs.

Esas luces se han colocado ahora en el METLIFE STADIUM de Nueva Jersey la casa de los Gigantes y Jets vestida de gala este domingo 2 de febrero para el Super Bowl 48. Temperatura por debajo de los cero grados a cielo abierto para hacer de este Super Bowl algo único y quizá irrepetible.

Reunir en un mismo día la fuerza mediática de Nueva York, el magnífico y modernísimo Estadio MetLife lleno hasta los topes con 85 mil espectadores, no todos fanáticos pero sí muchos convocados por el encanto y parafernalia del Súper Domingo. Los dos equipos contendientes son los número uno en sus respectivas conferencias, los Seattle Seahawks flamantes y retadores dominadores de “La Nacional” y los Denver Broncos con las credenciales de haber alcanzado el SuperBowl  en tres ocasiones para salir siempre derrotados  (1987-88 y 1990 )  para luego sufrir en el purgatorio de los “Ya merito”, romper tabúes y de la mano del hoy vicepresidente, el legendario John Elway, alcanzar  la gloria suprema de la NFL en 1988 y 1989. Sin duda, el escenario está puesto para…

La última oportunidad de Peyton

Sería estéril repetir una y otra vez lo tantas veces comentado no solo en este espacio, sino en muchos más. El hoy quarterback y líder de los Broncos de Denver ha resurgido más allá del ave fénix, asumiendo enormes riesgos no solo en su prestigio bien ganado a ley en su paso triunfador con los Colts de Indianápolis, a quienes condujo a ganar un Super Bowl, el del 2007 ante Chicago en Miami y…también  a cargar con el estigma de la derrota sobre sus hombros, aquel ante los Santos de Nueva Orleans  en febrero 7 de 2010, cuya última jugada todavía debe sacarle pesadillas.

Aquella intercepción que aseguró para los Santos un triunfo casi mágico para un equipo que  era más que un equipo, un símbolo de la comunidad indomable de Nueva Orleans que así había resurgido después del desastre del Huracán Katrina unos años antes, y que hubiera dado mucho material para cualquier escritor de Hollywood. 

Los amantes de las historias fantásticas, de las lecciones de vida, del famoso y choteado “American Dream” colmaron sus deseos con la victoria de los Santos y aplaudieron el gesto retador de su líder, el quarterback Drew Brees, al solicitar al día siguiente un salario récord “… al menos un dólar mas que Peyton Manning…”, solo que del otro lado del balón, estaba justamente Peyton con la mirada clavada en la revancha que algún día llegaría para él en lo personal, soñando y planeando muchos pases de touchdown que borrarían aquella espantosa intercepción que les impidió alcanzar el segundo título del Super Bowl.

Se ajustan los sueños

Solo que aquella noche larga y amarga en el silencio de su habitación, Payton Manning debió soñarse en una o dos  temporadas más al frente de esos Colts que estaban listos para hacerse dinastía, sin embargo meses después sería la lesión en el cuello lo que lo marginaría del Super Bowl que se jugaría en casa, en Indianápolis, solo para ver a su hermano menor, Eli, alzarse con el trofeo y el anillo de campeones de la NFL.

La especulación de su retiro, la incertidumbre de su recuperación , luego de luchar para alcanzar el nivel NFL que se le exigía, más adelante probar y probarse a sí mismo el contar no solo con sus  facultades no mermadas, sino con la fuerza sicológica y emocional de ponerse nuevamente en riesgo, dominado lo anterior, pelear por su contrato, negociar su salida al ver que en Indianápolis  ya se habían subido al tren de la reconstrucción total sin Peyton como líder, luego viene la visita a las posibles alternativas para aterrizar finalmente en Denver convencido del proyecto, del equipo, pero principalmente del arquitecto, el legendario John Elway.

El equipo está listo…

Para ser contendiente de inmediato, solo falta el líder, le dijeron a Peyton, para convencerlo no necesitó de mucho análisis, la palabra y el equipo diseñado por John Elway estaban a la vista, el “Loco” Tebow había tomado la salida trasera , lo demás es historia.

Así las cosas pues, todo está listo para que Peyton Manning asuma el rol del líder que lleva a su equipo a la conquista del “Juego Grande”, sería el primero en hacerlo con dos equipos diferentes, pero más aún, se quitaría el fantasma de aquella intercepción para meterse de lleno y por la puerta grande al templo de las leyendas al que muy pocos han accedido: Joe Montana, Roger Stauback, Terry Bradshaw, Brett Favre, Tom Brady, Troy Aikman y por supuesto, el hoy vicepresidente de los Broncos, John Elway… Así de fácil.

 

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