En esta esquina
De peso ligero en convicciones y filiación política distraída, el Canciller enfrenta su ilimitado servilismo con la independencia de la burocracia internacional, fenómeno que le es ajeno. Claro, mandando a segundos niveles, provoca que su jefe y el país entero sean los que queden inmersos en el conflicto.
Gabriel Reyes OronaDe peso ligero en convicciones y filiación política distraída, el Canciller enfrenta su ilimitado servilismo con la independencia de la burocracia internacional, fenómeno que le es ajeno. Claro, mandando a segundos niveles, provoca que su jefe y el país entero sean los que queden inmersos en el conflicto.
Después de reconocer gobiernos del exterior, tras un proceso electoral; conceder el Águila Azteca a un personaje que en público y privado crítica al gobierno mexicano, y de ser una nulidad en lo tocante a la defensa de mexicanos en el extranjero, José Antonio Meade pretende tratar a un funcionario del exterior como a dirigente del PRD.
No extrañaría que en la rebatinga, salgan a relucir “atenciones” con las que el multiusos pretendiera halagar al relator, antes de sacar la espada eliminadora de realidades. El uso frecuente por parte de gobernadores para obtener “justicia cómoda” es una realidad incomoda que resulta inútil negar, eso, es tortura.
Claro, su mentora Beatriz Paredes no permitirá que sus amigos gobernadores sean cuestionados, y aconsejara al funcionario a no cejar en la posición de negar hasta donde sea necesario, antes de tener que admitir que existe un problema, y que, además de observadores electorales, se tenga ahora que soportar a delegaciones para analizar la tortura en territorio nacional.
Señala el artículo 2 de la Convención Interamericana que se entenderá por tortura todo acto realizado intencionalmente por el cual se inflijan a una persona penas o sufrimientos físicos o mentales, con fines de investigación criminal, como medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con cualquier otro fin.
Eso, joven Meade, pasa lamentablemente todos los días en éste país y no son 13 casos.
No todo es gastar y dilapidar recursos públicos organizando eventos fuera y dentro del país con el ánimo de promover la imagen personal, también el responsable de la SRE debe proveer al cumplimiento y observancia en el país de las convenciones y tratados internacionales que son ley suprema en el país, sin que tengan que venir de fuera a decirnos lo que pasa aquí.
Qué dirá su otra protectora, Margarita Zavala, con la que ya organiza y prepara el regreso del grupo político que le dispensaba una secretaría de estado por año.
Ya que tiene el gusto de comprar inmuebles contiguos para ampliar su residencia, podría adquirir una sala para atender relatores donde pinte de rosa lo negro y siga creyendo que lo hace bien.
En tanto, sería bueno que los de carrera no sigan siendo cómplices de derruir la legendaria política exterior mexicana, esa no es la vía por la que deben obtener ascensos.
El senado, controlado por sus compañeros de aulas, sin duda comprará el pleito ajeno, ya que todos están en la agenda de “atenciones”. Sí, esos que vuelan a Vail en aviones privados y no salen en el periódico construido por Lankenau.
La diplomacia mexicana reducida a dimes y diretes.