En el sindicalismo, ¿el sistema es la corrupción o la corrupción es el sistema?

Para referirnos al problema de la corrupción sindical en México, es indispensable mencionar el caso del SNTE, gremio que desde su creación es sinónimo de deshonestidad y lógicamente, de corrupción, así como de todos los males que se derivaron de este problema que desvirtuó la educación pública en el país.

El SNTE y la CTM son dos ejemplos que posteriormente fueron “escuela” para otros sindicatos. Estos dos casos pueden ejemplificar la charrificación del sindicalismo mexicano.

El Faraón El Faraón Publicado el
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Para referirnos al problema de la corrupción sindical en México, es indispensable mencionar el caso del SNTE, gremio que desde su creación es sinónimo de deshonestidad y lógicamente, de corrupción, así como de todos los males que se derivaron de este problema que desvirtuó la educación pública en el país.

El SNTE y la CTM son dos ejemplos que posteriormente fueron “escuela” para otros sindicatos. Estos dos casos pueden ejemplificar la charrificación del sindicalismo mexicano.

Uno de los primeros dirigentes del SNTE, Jesús Robles Martínez, ingeniero egresado del IPN, sentó las bases de la corrupción en el  magisterio. Durante su maximato controló a Manuel Sánchez Vite, Enrique W. Sánchez, Alfonso Lozano Bernal, Alberto Larios Gaytán, Edgar Robledo Santiago, Félix Vallejo Martínez y Carlos Olmos Sánchez.

Esta época termina el 22 de septiembre de 1972, cuando asume el liderazgo  Carlos Jonguitud Barrios, quien desde la presidencia Vitalicia de Vanguardia Revolucionaria, pone y quita a testaferros: José Luis Andrade Ibarra, Ramón Martínez Martín, Alberto Miranda Castro, Antonio Jaimes Aguilar y Refugio Araujo del Ángel.

Con un boletín de prensa, emitido el 23 de abril de 1989, se prepara la salida de Jonguitud Barrios y la llegada de Elba Esther Gordillo Morales. Durante los 24 años que estuvo al frente de este gremio, Gordillo Morales, impuso a hombres de paja: Humberto Dávila Esquivel, Tomás Vásquez Vigil, Rafael Ochoa Guzmán y a Juan Díaz de la Torre (sin Congreso de por medio, en junio de 2011). 

En el caso de Juan Díaz de la Torre, pues, nadie se sienta o se diga engañado. Porque el ahora líder de los maestros en su momento fue el que, mensualmente, firmaba y autorizaba cheques por 15 millones de pesos para los gastos de la ahora defenestrada Elba Esther; no será extraño que en este juego Díaz de la Torre próximamente se convierta en diputado o senador, para seguir los pasos de Carlos Romero Deschamps, Víctor Flores, Francisco Hernández Juárez y Joel Ayala Almeida. 

Esta breve historia del SNTE lleva a dos interrogantes: en el SNTE el sistema es la corrupción, o la corrupción es el sistema. 

El abundamiento de datos sobre Carlos Romero Deschamps (diputado en tres ocasiones y dos veces senador), dirigente de los trabajadores petroleros en el país, es obligado y, al mismo tiempo, interesante:

-En 1993, interinamente, fungió como líder petrolero.

-A partir de 1996, llega en forma definitiva a esta dirigencia. Desde ese entonces ha sido reelecto en cuatro ocasiones seguidas (!vaya democracia!) y su actual período concluirá en el año 2018.

-En el 2000, Romero Deschamps estuvo involucrado en el Pemexgate (mil 500 millones de pesos de fondos sindicales), para apoyar al candidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, y no fue tocado ni con el pétalo de una rosa. 

-En septiembre de 2012 se dieron a conocer fotografías de su hija Paulina Romero Deschamps, donde exhibe “vida multimillonaria” a bordo de un avión privado. 

-En febrero de 2013, su hijo, José Carlos Romero Durán, presumió en Miami, Florida, un auto Ferrari con valor de 2 millones de dólares.

-Gracias a sus influencias, Romero convirtió a su ayudante, o personero, Ricardo Aldana, en diputado federal.

Francisco Hernández Juárez, es otro ejemplo de charrísimo sindical que, a partir 1976, llama la atención. Su llegada a la dirigencia de los trabajadores de Telmex fue parte de un movimiento democratizador al interior de esa organización. 

Y desde hace 37 años, Hernández Juárez es intocable en ese gremio. Este es otro clásico modus operandi y modus vivendi en el sindicalismo nacional.

De Víctor Flores Morales, dicen que asumió la dirección de los trabajadores ferrocarrileros del país en situaciones un tanto cuanto oscuras.

Tiene más de 20 años al frente de SNTFRM. Que nunca ha rendido cuentas claras, y la opacidad en el manejo de las cuotas sindicales,  son una constante. Que maneja a grupos de choque para evitar que a alguien se le ocurra buscar competirle el puesto y que el monto de su fortuna solamente él lo sabe.

Joel Ayala Almeida, actualmente senador, con la democracia sindical que gozan los trabajadores de México al interior de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, apenas en febrero,  tuvieron a bien reelegirlo hasta el año 2019.

-Este tipo de poder, provocó que Ayala Almeida hiciera a su amiga Lilia Merodio, senadora. Antes, este halo protector, la convirtió en diputada federal.

-Ayala Almeida, tiene 26 años como dirigente sindical (SNTSS y en la FSTSE).

Se afirma que su fortuna en cash asciende a más de 15 millones de dólares. Sin tomar en cuenta las inversiones que tiene en el extranjero.

Generalizando, también podríamos preguntar: en el sindicalismo mexicano, ¿la corrupción es el sistema, o el sistema es la corrupción?

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