El PAN entró a ruta sin destino; improvisación de facciosos, el mal
La labor de destrucción la inició Diego “El Jefe” Fernández; la siguieron Vicente Fox y Felipe Calderón.
Los verdaderos conocedores de la política a la mexicana, están ciertos que “lo que resiste apoya”, de ahí que cuando la facción calderonista en el Senado de la República hace saber que se encuentran a favor del “líder” Ernesto Cordero, lo único que demuestran es la debilidad del exprecandidato panista a la Presidencia de la República.
El FaraónLa labor de destrucción la inició Diego “El Jefe” Fernández; la siguieron Vicente Fox y Felipe Calderón.
Los verdaderos conocedores de la política a la mexicana, están ciertos que “lo que resiste apoya”, de ahí que cuando la facción calderonista en el Senado de la República hace saber que se encuentran a favor del “líder” Ernesto Cordero, lo único que demuestran es la debilidad del exprecandidato panista a la Presidencia de la República.
La facción, que no la fracción, del PAN en la Cámara Alta, desde el principio ha actuado como el brazo armado del exmandatario Felipe Calderón Hinojosa para secuestrar al panismo y, en consecuencia, cobrar el respectivo derecho de piso a quien se interponga en su camino.
Para confirmar que hay una mano que mece la cuna en la rebelión contra Gustavo Madero y que esta se encuentra en Harvard, basta citar dos nombres que están a su servicio: Luisa María “La Cocoa” Calderón Hinojosa y Roberto Gil Zuarth, quienes son parte del grupo de personeros del “Señor de la Guerra”.
Este grupo faccioso panista, que sembró el ex Felipe I, también lo integran, entre otros, Fernando Yunes, Mariana Gómez del Campo y Javier Lozano Alarcón (“o coopelas o cuello”).
Con o sin la exigencia del pago de derecho de piso que practican los susodichos, lo real es que a escasos días que inicien las campañas a cargos de elección popular en varios estados del país, Felipe del Sagrado Corazón y sus hombres de paja, continúan torpedeando el interior del panismo.
Resulta una necia obviedad que cuando se pelean las comadres se dicen las verdades, práctica que tiene sus consecuencias en todos los ámbitos del partido blanquiazul, porque como es arriba es abajo y como es adentro es afuera.
Por lo tanto, nada extrañaría que los resultados del proceso electoral del próximo 7 de julio le fueran adversos, no a Gustavo Madero, sino al Partido Acción Nacional, en general.
Extraña que los testaferros mencionados se desgarren las vestiduras por Ernesto Cordero, que lo defienden a capa y espada y que casi digan que meten las manos al fuego para defender su talento y capacidad.
Porque hoy, algunos de estos “apoyadores” de Cordero, fueron cercanísimos colaboradores en la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota y, en consecuencia, adversarios de su ahora defendido “líder” camaral (te lo digo Mariana para que lo entiendas Gil Zuarth).
En estos momentos el destino del panismo está en manos de improvisados.
Es el caso del propio Cordero, quien apenas en el 2001 ocupó la Dirección General de la Fundación Miguel Estrada Iturbide, institución panista encargada de otorgar asesoría técnica en proyectos legislativos a los integrantes de la bancada panista en San Lázaro.
Más de lo mismo: la desgracia de quienes hoy se encuentran al frente del panismo o busca esta posibilidad, es la carencia de una carrera política consistente. Otro ejemplo de improvisación es Roberto Gil Zuarth (hoy materia grisácea del panismo), quien de septiembre de 2000 a septiembre del 2001, fue asesor del consejero Alonso Lujambio, en el IFE.
Luisa María Calderón es militante panista desde 1976. Y hasta 1983 fue electa diputada local en Michoacán. En el lapso de cinco años se perdió en el panismo y fue hasta 1988, cuando es electa legisladora federal. Más tarde, gracias a los buenos oficios de su hermano, llega al Senado de la República.
En todo este caos del Partido Acción Nacional, Gustavo Madero no vende piñas.
Más improvisación, pues en el 2001, fue designado Director General de Planeación y Evaluación del Gobierno del estado en el gobierno de Francisco Barrio Terrazas.
Gustavo Madero, como sus adversarios mencionados, no es un dechado de todas las virtudes conocidas, pues ha cometido una serie de errores que han ido en contra de su credibilidad como “dirigente” nacional del PAN.
Que su ingenuidad como político nos hace recordar la inocencia o ingenuidad de su pariente cercano Don Francisco I. Madero, a quien más de una ocasión, su hermano Gustavo A. Madero y otros colaboradores, le advirtieron que Victoriano Huerta era un traidor consumado.
El Apóstol de la Democracia consideró que era infalible, pero en el pecado llevó la penitencia y así perdió la Presidencia de la República y, pocas semanas después, la vida.
Hoy, no nos vayan a salir con la historia que el todavía dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, es un fanático del espiritismo.
Con estos nombres, todo parece indicar que Acción Nacional no tiene destino. La lucha que han desatado al interior del blanquiazul parece indicar que, al final, no quedará piedra sobre piedra (para ir acorde a las creencias panistas) de un partido político que construyó su legitimidad y credibilidad en Manuel Gómez Morín, Manuel González Hinojosa, Luis H. Álvarez, Carlos Castillo Peraza, Bernardo Bátiz, Abel Vicencio Tovar y Manuel Clouthier.