El hilo de la verdad

Santiago Guerra Santiago Guerra Publicado el
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Esta semana, un escándalo se destapó en la red social de Twitter. Una cuenta de fans de la actriz y cantante Selena Gómez, llamada “Memes de Gomez”, publicó un hilo extenso, en donde se relata a detalle la relación de la cantante y el músico, Justin Bieber. Sin embargo, aquellos destapes no representan una relación bonita.

En estos existen varias pruebas, con base en fotografías, videos y mensajes en múltiples cuentas de redes sociales, relatando las incontables infidelidades del canadiense, especialmente con modelos como Kendall Jenner, además de, en una forma más dolorosa, con su ahora esposa, Hailey Baldwin.

La nota expone a Justin como un joven infiel, mientras Selena es planteada como la víctima. Aunque los detalles pueden ser verdad, ¿qué nos lo comprueba? ¿Cuál es la “verdadera versión” de la historia?

La información compartida pudo bien haber sido manipulada. Los demás detalles, los más bonitos de la relación, quizá fueron ocultos para exponer a la estrella. Tal vez la misma cuenta creía tener la razón, pero en realidad su romance tenía un lado dulce, romántico, pero no lo sabía.

Después de todo, de donde obtuvimos la información fue de una cuenta de fanáticos de Selena Gómez.

Internet es una fuente de información infinita. Sabiendo usar bien una computadora, todos sus comandos y aplicaciones, los límites de creación son imposibles de controlar. Manipular imágenes, inventar fuentes, crear cuentas falsas símiles a las de otros, son algunos de los recursos a utilizar.

Aunque no necesariamente este sea el caso, la divulgación de esta información habla del fenómeno del chisme en la era cibernética. Cómo la sociedad, por el simple hecho de tener información escandalosa en su poder, sin importar de dónde venga o cuán verídicos sean los datos recopilados, se encarga de tomar aquella referencia como una verdad absoluta, sobre la cual opinar, generar polémica y asumir una clara postura inclinada en el texto.

Porque ningún periodismo es totalmente objetivo, por más que se intente.

Los seres humanos, al ser subjetivos por naturaleza, no podemos evitar compartir nuestra opinión, de forma consciente o inconsciente, sobre un tema, marcar una clara postura. A veces es directo, como un ensayo, sin embargo, la particularidad también se aplica desde cómo enmarcamos el escrito, qué enfoque le damos, en qué punto de vista nos inclinamos o bajo qué estructura nos ubicamos.

El tener distintas perspectivas sobre un mismo hecho nos ayuda a tener criterio, a construir una versión de la verdad sobre la cual podemos inclinar, o establecer una postura. A eso aspira realmente el periodismo: a construir ciudadanos informados y con opinión fundamentada.

Sin embargo, al contar con solo una versión, podríamos caer en la difamación.

Sobre el tema del espectáculo de los chismes existen varios ejemplos. La serie “Gossip Girl” hace una clara tesis sobre eso, porque, bajo su estructura dramática, se relata la atmósfera de una cuenta anónima publicando información privada sobre las vidas de los jóvenes ricos y poderosos del Upper East Side de Nueva York.

O bien publicaciones impresas como TVNotas o TVyNovelas son especialistas en fabricar ficciones llenas de drama desmenuzando un pequeño trozo de evidencia. Ficción especulativa disfrazada de hechos verídicos, comprobados.

Dentro del mundo internauta no existe un culpable. Un día son Memes de Gomez, otro día puede ser cualquier otra fuente anónima, capaz de generar una narrativa lo suficientemente convincente como para llamar la atención de su público.

A diferencia de las revistas, lo publicado en redes se propaga de forma muy veloz. Por lo tanto, es importante verificar la información compartida y generar un discurso factible antes de esparcir la nota, tener distintos enfoques sobre un mismo hecho, porque probablemente estemos dejándonos llevar por un punto de vista específico, sin tener el profundo conocimiento de los hechos.

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