Después de cuatro meses de ausencia Josefina Vázquez Mota, la ex candidata del PAN se apareció ayer en lo que fue su casa de campaña.
Y no es que la reunión haya sido inspirada por un espíritu chocarrero de Halloween, sino porque la ex candidata quiso aprovechar “el puente del día de muertos” para dar las gracias a quienes fueron los colaboradores fieles de su campaña. Así hayan transcurrido cuatro meses.
Los que no asistieron fueron los “colaboradores” calderonistas que le ayudaron a perder a Josefina.
No acudió el senador Roberto Gil, tampoco el cuñado de Felipe Calderón, Juan Ignacio Zavala, y mucho menos su exvocero y ahora diputado Max Cortázar.
Obviamente no fueron invitados ni el secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, ni Alejandra Sota, a la que la excandidata bautizó como la “pinche” Sota.
Torturadores y tercos
Es una vergüenza que México siga insistiendo ante el Comité contra la Tortura de la ONU en mantener a toda costa la figura del “arraigo”, como lo hizo ayer en Ginebra y a nombre de México, la subprocuradora Ruth Villanueva.
Y más aún cuando desde el 2010 el Comité de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas solicitó a México la abolición del arraigo.
Y es que el arraigo, cualquiera lo puede entender, viola las más elementales garantías de la detención de personas que previene el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que suscribió y ratificó el gobierno mexicano.
Si desde el 2010 el mundo nos tiene por violadores sistemáticos de los derechos humanos, a partir del 2012 también nos tildaran de tercos.
¿Se respetarán los derechos humanos con el cambio de gobierno?
Calderón y sus recetas
Parece que Felipe Calderón no está seguro de que Enrique Peña Nieto le dará continuidad a su estrategia de guerra.
¿De qué otra forma se pudiera entender el discurso de Alejandro Poiré cuando dijo ayer que la estrategia para abatir el crimen debe continuar, y no puede frenarse ni desviarse?
No le harán el juego
No se trata del PRI, ni tampoco del Partido Nueva Alianza.
Se trata de los diputados del PT, que después de haber analizado el punto con Andrés Manuel López Obrador decidieron no asistir a la comida del Estoril para no hacerle el juego al PAN.
Sobre todo, cuando hay nuevos visos de que las cosas cambiarán la semana que entra, cuando se vuelva a discutir la reforma laboral por instrucciones de Enrique Peña Nieto.
Y aunque los petistas volverán a votar junto con la oposición en aquellos puntos que tengan coincidencias como en el tema de transparencia y democracia sindical, no lo harán igual respecto al resto de la minuta.
Hay que recordar que el Partido del Trabajo es clave en la Comisión del Trabajo, con el voto del diputado Adolfo Orive.
Sin embargo, a final de cuentas quien decidirá cómo se resolverán las cuentas será la maestra Elba Esther Gordillo.
Y es que el PANAL tiene 10 diputados que pueden inclinar para un lado, o para otro, el fiel de la balanza de la votación.
A menos que, como ha sucedido en el pasado, algunos diputados de la oposición sean “maiceados” para que abandonen el barco de sus partidos.
Hay que acordarse de que esta fue una práctica muy socorrida cuando Peña Nieto era gobernador del Estado de México.
Las pistas peligrosas
El jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, ya está como Felipe Calderón tratando de inaugurar obras todos los días que le restan a su mandato, así se trate de “peligrosas puntadas” para llamar la atención.
Es el caso de la “inauguración” de una vía que los ciclistas teóricamente compartirán con los trolebuses que circulan por el eje 7 del DF.
¿Cuántas ambulancias circularán por el mismo carril para trasladar a los ciclistas atropellados?
