‘El Güevos’ al relevo

Dicen que el público es el jugador número “12”, bueno, al “13” le llaman “Güevos”.

Después de un primer tiempo espantoso que nos regresa por momentos a las pesadillas del Hexagonal en el que los gringos nos bailan gacho y nos exhiben, Miguel Herrera hace su chamba, les pone regañiza monumental, hace tres cambios y surge el carácter del Tri, parece otro equipo, lo es, el regaño los despierta, Miguel saca a tres y mete a cuatro, el cuarto se llama “Güevos”.   

Nos bailan gacho

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Dicen que el público es el jugador número “12”, bueno, al “13” le llaman “Güevos”.

Después de un primer tiempo espantoso que nos regresa por momentos a las pesadillas del Hexagonal en el que los gringos nos bailan gacho y nos exhiben, Miguel Herrera hace su chamba, les pone regañiza monumental, hace tres cambios y surge el carácter del Tri, parece otro equipo, lo es, el regaño los despierta, Miguel saca a tres y mete a cuatro, el cuarto se llama “Güevos”.   

Nos bailan gacho

El primer tiempo abominable, de pesadilla,  los gringos nos regresan todo ese primer tiempo al lugar que suponíamos habíamos abandonado aquella noche en Costa Rica, cuando el gol de Zusi en Panamá nos regala el boleto a la repesca. El baile que nos ponen ahí queda como lección de lo que no puede volver a ocurrir, es espantoso, abrumador y no salgamos con excusas ni pretextos: que este no será nunca una alineación titular, aceptado, que experimentamos contra Estados Unidos con un solo contención, Jesús Zavala, a quien se manda a la guerra sin fusil y que por ahí, por ese enorme hueco,  el “pelón” Bradley pasa cuantas veces quiere.  Que a “Marquito” Fabián lo marcan tan de cerquita que no le dejan recibir un balón a modo, su talento se queda frustrado, aceptado, todo lo que quieran, pero hay una sola realidad, la mayor parte de este grupo estará en Brasil luchando por un puesto titular. 

No son jugadores cojos ni limitados, son de lo mejor que tenemos, no hay más, y así los gringos nos pasan por arriba en esos 45 minutos de pesadilla.

‘Moi’, Zavala y ‘Gullit’ …

Son reemplazados como señalados por Miguel Herrera por ese desastroso primer tiempo, claro, no hay manera de reemplazar a los 11, para la segunda parte arrancando el carrusel de cambios, “Moi” se queda corto en la salida del primer gol en ese córner a segundo poste que lanza nuestro cuatazo Zusi, para que llegue Bradley a rematar con un zapatazo impecable. 

Sale Jesús Zavala frustrado por la forma en que es exhibido por ¡BRADLEY! Tres, cuatro, cinco y hasta 10 veces en esa enorme avenida que se forma al tomar el riesgo de jugar con un solo contención. Sale también “Gullit”, que en toda la noche nada más no pudo meter ese juego al que no solo nos tiene acostumbrados, sino que le ha dado ese nivel de mandón, al menos en nuestra LigaMX. 

Ingresan juntos Alfredo Talavera, Luis Montes , Raúl Jimenez y el número 13, al que llaman “güevos”.       

Golazo de Rafa

En dos minutos los nuestros salen a comerse el balón después de la regañiza que les debe haber puesto Miguel en el vestidor, viene un centro al corazón del área que nuestro capitán Rafa Márquez, con ese instinto de grande, busca para cabecear de palomita en el área rival, ahí nos regresa el alma al cuerpo no solo por el 1-2, sino por la forma de despertar con coraje, garra y lo demás.

A partir de ese momento los nuestros asumen control y mando del juego, sí, el regaño funciona, quizá somos “hijos de la mala vida”.  

Unos minutos después el Tri alcanza llegadas por todos lados, es un ritmo frenético que no puede sostenerse 45 minutos, pero que sí permite poner nuevas condiciones. 

Entran al campo Luis Montes por el “Conejito” Brizuela cuyo cambio se opaca al entrar también el “Capitán América”: Landon Donovan.

El juego se empareja pero los nuestros tienen de su lado al “13”. Paul Aguilar manda tirazo al poste, ahí está Alan Pulido que se gana el boleto a Brasil gol tras gol, para empujar el empate que nos pone igualito a los gringos en todo.

Así las cosas pues, esta no es ni con mucho revancha de tantos 2-0 que nos han pegado en juegos oficiales, mucho menos de aquel juego en Jeonju, Corea, en el que nos echan del Mundial. 

Es un amistoso, un 2-2 en el que lo más valioso es meterle todo eso y más en el segundo tiempo, después de esa primera parte llena de fantasmas que esperemos, ahora sí, los espantemos para siempre… Así de fácil.

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