El gasto educativo
Con el propósito de mejorar la asignación de recursos para la educación en México, Suma por la Educación, una organización de la sociedad civil con presencia nacional que desde el año 2006 trabaja por mejorar la educación en México, elaboró un estudio sobre el gasto educativo en México que le permitirá influir ante las autoridades, representando a la sociedad civil, en el proceso de asignación y buen uso de los recursos destinados para la educación.
Pablo Mier y TeránCon el propósito de mejorar la asignación de recursos para la educación en México, Suma por la Educación, una organización de la sociedad civil con presencia nacional que desde el año 2006 trabaja por mejorar la educación en México, elaboró un estudio sobre el gasto educativo en México que le permitirá influir ante las autoridades, representando a la sociedad civil, en el proceso de asignación y buen uso de los recursos destinados para la educación.
Dos de los problemas que señala el estudio, según nos comentó el ex subsecretario de educación Pública, Lorenzo Gómez Morín, también Consejero de Suma, son el abandono escolar, que alcanza cifras cercanas al millón de niños y jóvenes por año y una cobertura de la educación Media Superior deficiente; en estados como Oaxaca, Guerrero y Quintana Roo inferior al 58%.
Durante la presentación del Estudio en un comparativo entre gasto público y matrícula se puso de manifiesto que mientras que en educación básica dónde están el 80.9% de los alumnos del país, se gasta el 69% del presupuesto, en educación superior, donde están solo el 6.7 de los alumnos del país, se gasta el 17.2%. Son cifras que en todo caso requieren reflexión y análisis.
Queda claro en el estudio que el gasto público en educación es asignado inercialmente de acuerdo con dos criterios: el tamaño de la plantilla de personal, es decir, la cantidad de maestros y trabajadores de apoyo a la educación y el número de escuelas. De un modo inercial y político la SHCP, la SEP y la Cámara de Diputados asignan anualmente bajo estos criterios las partidas de gasto público en educación.
En esa misma línea estamos de acuerdo con Suma por la Educación que pide un gasto educativo con base en la persona, es decir, al sujeto que tiene derecho a una educación de calidad. A la fecha el gasto público no tiene relación con el tamaño de la matrícula escolar, pues no hay transferencias presupuestales por alumno.
Estamos pagando los platos rotos de convenios irresponsables y perversos entre autoridades –PRI y PAN al parejo- y sindicato, donde el maestro ha sido visto como un capital político y arma de presión. Esta peligrosa inercia se debe romper y parece por momentos que comienza a hacerlo.
La viabilidad de la Reforma Educativa estará en riesgo sino se llevan a cabo Reformas al presupuesto y gasto público en la materia. Estamos plenamente de acuerdo con el Maestro Landero, Presidente de Suma, cuando afirma que para que la Reforma Constitucional, los cambios a las leyes secundarias y el Pacto por México en materia educativa puedan operarse, es indispensable que exista congruencia entre la asignación presupuestal, el ejercicio del gasto público y las metas establecidas.
El encargado de la elaboración del estudio fue el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, A.C. (CIEP), de Héctor Villarreal, reconocido centro de investigaciones que a través del análisis formal y la investigación, busca incidir en el desarrollo de las finanzas públicas y la economía pública. Más información sobre el estudio en www.sumaporlaeducacion.org.mx