Michael Schumacher nos privó por una década de vivir la pasión de la F1 al tener tres elementos clave, el mejor auto (Ferrari), su derecho de veto para el segundo piloto que nos priva de ver a los dos mejores en igualdad de condiciones como aquella dupla de Mc Laren Senna- Prost, y su innegable talento.
“Schumi” se lo robó todo con un compañero a modo. Hoy Ferrari rompe tabúes contratando a Kimi Raikonnen y Fernado Alonso en la que será, sin duda la guerra dentro de casa.
Los abusos de “Schumi”
Después de haberse plegado por mas de 10 años a la voluntad y capricho de Michael Schumacher que les impuso derecho de veto al compañero de escudería, relegándolo al triste papel de “segundo piloto” Eddie Irvine, Rubens Barrichello y Felipe Massa, curiosamente Rubinho y Felipinho fueron eso, segundos pilotos “chiquinhos” plegándose a las exigencias, caprichos, abusos de Michael Schumacher sin dejar de reconocer desde luego su enorme talento pero también sus trampas a veces muy descaradas.
Baste recordar aquella temporada 1997 cuando llega con un solo punto de ventaja en el último Gran Premio a disputarse en el circuito de Jerez de la Frontera, hasta ese momento “Schumi” había conseguido dos títulos con Benneton y la presión en Ferrari era muchísima si tomamos en cuenta la sequía de títulos que por casi dos décadas sufría “la Scudería”y sus millones de seguidores, a Schumacher lo trajeron en 1996 no a ganar carreras sino títulos.
“Un taxista también ganará este título”
En 1996 la superioridad de los Williams Renault quedaba manifiesta con los dos hijos de campeones, Damon Hill superando a Jacques Villeneuve que venía de temporadas exitosas en la Indy Cart de Estados Unidos, el Ferrari de Schumacher jamás los alcanzaría.
Al terminar la temporada con las 8 victorias de Damon Hill (Australia, Brasil, Argentina, San Marino, Canadá, Francia, Alemania y Japón) y las cuatro de Jacques Villeneuve ( Europa, Gran Bretaña, Hungría, Portugal y con el título que se definió en Suzuka), cuando el canadiense abandonara por un problema mecánico, Damon Hill solicita aumento al Jefe de la Escudería Williams Renault.
El amargo Frank Williams quien no solo se lo niega sino que dice públicamente que “…cualquier taxista de Manhattan hubiera ganado el título en mis coches..”
Hill no le queda sino renunciar a la escudería y para 1997 el Ferrari de Schumacher y el Williams Renault de Villeneuve llegan a esa carrera final en Jerez con un punto de ventaja para el alemán, entonces se produce una de las…
Mayores “cochinadas” de la F1
Schumacher traía la punta en la vuelta 39 de las 48 pactadas con Villeneuve en los espejos, el canadiense ataca en una curva cerrada ganándole la posición a Schumacher que deja ir su Ferrari chocando intencionalmente al Williams de Jacques, buscando descaradamente que ambos quedaran fuera de la competencia y así el título era suyo de automático.
Sin embargo, el Ferrari queda atascado en la grava y el Williams Renault puedo seguir alcanzando el tercer lugar y los cuatro puntos que aseguran el título que su padre, el gran Gilles Villeneuve nunca pudo alcanzar, como consecuencia de esta maniobra a Schumacher le sancionaron quitándole todos los puntos de la temporada.
Aquel Gran Premio, por cierto fue la primera de 20 victorias de Mikka Hakkinen a bordo del Mc Laren.
El dictador Schumacher
A partir de la temporada 1998, Ferrari pudo construir finalmente un auto competitivo, sin embargo se quedan a un tris del título.
Para 1999, “Schumi” sufre un tremendo accidente en el GP de Gran Bretaña que lo deja fuera de la lucha por el título, su compañero Eddie Irvine alcanza el sub campeonato exigiendo entonces trato igualitario con Schumacher, el derecho de veto del alemán sale a relucir y así llega “Rubinho” Barrichello en calidad de comparsa para la temporada 2000 en la que, finalmente, Ferrari alcanza el anhelado título del mundo con Michael Schumacher.
Fue el primero de los cinco títulos para el alemán siempre soportado por sus “segundos comparsas”, Ferrari no tenía un título desde el lejano 1979 con aquel inolvidable 1-2 del Sudafricano Jody Schekter y el canadiense Gilles Villeneuve.
Después de esto, sequía de títulos hasta esa temporada 2000, de ahí que pueda justificarse el que la “Scudería” se plegara a los caprichos y reglas del piloto Alemán.
Vendrían entonces otros cuatro títulos para Ferrari hasta que el encanto se rompe en el 2005, cuando Fernando Alonso en Renault y Kimi Raikonnen en Mc Laren se lo llevan todo, fue sin duda la peor temporada de Schumacher.
Para 2006, Schumacher y Ferrari lo apuestan todo, viene aquella maniobra sucia del alemán cuando en la última vuelta de la calificación se detiene intempestivamente bloqueando al Renault de Alonso, lo que le cuesta otra sanción y arrancar desde el fondo de la parrilla.
Me quedo sin duda con aquel último GP de la temporada cuando una ponchadura lo relega 19 posiciones, remontando hasta la cuarta posición, quedándose corto para el título que se llevaría Fernando Alonso. Después de esa actuación, anuncia su primer retiro.
Fuera máscaras
Al año siguiente, sería el finlandés Kimmi Raikonnen el campeón del mundo en el asiento que Schumacher había dejado vacío.
Luego Kimmi se tomaría sus años sabáticos para competir en el Mundial de Rallies WRC.
Curioso, hoy regresa a la escudería que le hizo ganar su único título después de excelentes campañas con el limitado Lotus,.
Su compañero de equipo, el bi campeón Alonso que no ha podido ser campeón con Ferrari en esa interminable lista de autos–fracaso a los que solo el talento del Asturiano ha podido lucir.
Hoy son los dos estilos diametralmente opuestos de dos de los tres mejores pilotos de la F1 (el otro es Sebastian Vettel, campeón de las cuatro últimas temporadas), Fernando Alonso y Kimi Raikkonen.
Absolutamente diferentes en estilo y temperamento, coinciden en una sola cosa, su capacidad y ambición por ser campeón del mundo con Ferrari en este 2014, y como solo uno de ellos puede serlo.
Esas diferencias producirán desencuentros y una rivalidad maravillosa dentro y fuera de las pistas. En Ferrari lo saben y será el talento directo el que pueda mantener el equilibrio interno, se viene una fran temporada… ¡Bravísimo Ferrari!
