Derivado de la crisis financiera de la Unión Europea, el crecimiento insuficiente de EU, la recesión de Japón y la desaceleración en China, los niveles de consumo de acero han bajado drásticamente a nivel global, generando exceso de oferta a nivel mundial, lo que ha generado una guerra comercial de supervivencia en una industria altamente competida, dentro de la cual México se ve seriamente afectado. Entre septiembre de 2011 y septiembre de 2012 las importaciones de productos siderúrgicos han crecido 41 por ciento.
Mientras en 2011, se importaban en promedio mensual 600 mil toneladas; en el 2012 el promedio mensual es de 840 mil toneladas. Las que provienen de países con los cuales no tenemos un TLC representan el 27.6 por ciento del total, y países como Corea del Sur las incrementó en un 146 por ciento en el mismo lapso, Brasil 259, China 85 por ciento, y Ucrania 242 por ciento. Uno de los productos más importados de estos países son: los planos de acero aleado, los cuales entran en condiciones de subvaluación o subfacturación, triangulación, o incorrectamente clasificadas para evadir al fisco y competir deslealmente con los productos que se fabrican en México, desplazando a empresas ubicadas en nuestro territorio.
Ante tal situación, una de las acciones en las que el sector privado ha logrado una buena colaboración con las autoridades federales, es la implementación de sistema de combate a la subvaluación en coordinación con el SAT. Mediante este sistema, que viene operando desde mediados de este año y que se denomina Saors (Sistema Aduanero de Operaciones de Riesgo por Subvaluación) se ha podido detectar un gran número de operaciones que entran en franca subvaluación, y que buscan evadir el IVA, los impuestos generales de importación y hasta las cuotas compensatorias. Como puede observarse, el problema para la industria nacional no sólo lo constituye la disminución de aranceles que pone en desventaja a nuestros productores nacionales frente a países que subsidian abiertamente a sus industrias; sino que, además, es necesario combatir prácticas ilegales como la evasión de impuestos y la subvaluación.
Para que el lector tenga una idea de lo que se está hablando: una investigación antidumping puede llevar aproximadamente 18 meses y a la empresa nacional le implica altísimos costos que, en ocasiones, llegan a representar millones de pesos, para que al final, suponiendo que se logre imponer una cuota compensatoria a la importación de productos, todavía exista el riesgo de que esta cuota sea evadida por prácticas como la subvaluación o la triangulación de productos para evadir cuotas.
Estas formas de elusión y evasión perjudican a la planta productiva nacional y son parte de la causa por la cual se viene profundizando el déficit comercial de nuestro país frente a China. Debemos llamar la atención sobre la gravedad de este problema para buscar nuevas formas de coordinación con otras autoridades, adicionales a lo que exitosamente se ha logrado con el SAT.
El autor es Presidente de la Comisión de Aduanas de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero.