El corredor biológico en el Río Santa Catarina

La sugerencia del corredor biológico ripario parece que pudo haber sido impulsada sin un análisis exhaustivo o una reflexión completa
Antonio Hernández Ramírez Antonio Hernández Ramírez Publicado el
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Luego de la audiencia de #UnRioEnElRio con el Gobierno de Nuevo León, se llegó a un compromiso trascendental: la declaración del Río Santa Catarina como Área Natural Protegida por parte del Ejecutivo estatal. Sin embargo, a medida que las semanas avanzan, nos encontramos ante un escenario en el que el acuerdo no ha experimentado avances significativos. Para comprender esta situación, es fundamental analizar en detalle las características de dicho compromiso.

Durante las negociaciones, fue el Gobierno de Nuevo León quien propuso la designación de la nueva Área Natural Protegida (ANP) con la categoría de corredor biológico ripario. No obstante, parece que esta sugerencia pudo haber sido impulsada sin un análisis exhaustivo o una reflexión completa. Esta designación, si bien suena favorable desde una perspectiva ambiental, podría plantear obstáculos significativos para proyectos de infraestructura pública que el gobierno tenga en mente. Por ejemplo, una equivocada ciclovía en el cauce o proyectos de uso público como parques y áreas deportivas podrían ser incompatibles con la categoría de corredor ripario, lo que plantea cuestiones importantes sobre la viabilidad y coexistencia de estos planes en el mismo espacio.

Es necesario que la conversación sobre la protección del Río Santa Catarina tenga en cuenta el uso recreativo que la población siempre ha hecho de los ríos. En Nuevo León, prácticamente ningún río ha estado exento de ser un destino para actividades recreativas, y este caso no debería ser la excepción. De hecho, algunas áreas de este cauce podrían compensar la falta de áreas verdes en zonas urbanas, como la colonia Independencia en Monterrey, que carece de suficientes espacios verdes. Dada su proximidad, el río podría desempeñar una función natural y lógica al brindar un respiro verde en este histórico asentamiento en la capital de Nuevo León. Esto nos debe llevar entonces a discutir el tipo de uso recreativo que debería permitirse, considerando su intensidad y su impacto en el entorno.

A pesar de las preocupaciones iniciales sobre cómo la categoría de corredor biológico ripario podría dificultar el establecimiento de espacios recreativos en el Río Santa Catarina, una solución clave radica en la zonificación adecuada. La legislación local, que favorece este tipo de usos en las Áreas Naturales Protegidas, es fundamental para lograr que la visión propuesta durante la audiencia por el Gobierno de Nuevo León se materialice. En un enfoque detallado, se debe considerar la posibilidad de zonificar el río de manera estratégica, permitiendo zonas específicas de uso público, como aquellas adyacentes a la colonia Independencia, que carece de áreas verdes suficientes.

Por otro lado, es crucial considerar las zonas de bosques en el Río Santa Catarina que actúan como hábitats fundamentales. Estas áreas deberían ser designadas como zonas núcleo o su equivalente, ya que son esenciales para mantener la condición de corredor del río. Esto incluye la preservación de los bosques de sabinos o ahuehuetes en la parte final del Río Santa Catarina, especialmente en su confluencia con el Río San Juan y el Río La Silla. Estos ecosistemas desempeñan un papel vital en la conservación y han demostrado recientemente ser cruciales para el flujo de individuos de oso negro americano, lo que subraya aún más su importancia en la biodiversidad regional.

Estas reflexiones subrayan la importancia de instar al Gobierno de Nuevo León a cumplir su palabra y honrar el acuerdo alcanzado con #UnRioEnElRio. Es importante que avancemos en la preservación y el cuidado del Río Santa Catarina, una demanda fundamental y mayoritaria de la ciudadanía en Monterrey.

 

Twitter: @tonyo_hernandez

 

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