El club del 2 por ciento
Con la llegada de José López Portillo se inició el proceso de transmisión del poder de Los Pinos hacia la SHCP. No con él como titular de esa dependencia, sino con la llegada de economistas que -sin sospecharlo- fundaron la república tecnocrática y centralista en la que vivimos desde el año 78, allá, cuando había que definir cómo administrar la abundancia. Los partidos políticos han sido sólo pantalla que encubre a la casta que ha gobernado el país desde hace 34 años de manera ininterrumpida.
Gabriel Reyes OronaCon la llegada de José López Portillo se inició el proceso de transmisión del poder de Los Pinos hacia la SHCP. No con él como titular de esa dependencia, sino con la llegada de economistas que -sin sospecharlo- fundaron la república tecnocrática y centralista en la que vivimos desde el año 78, allá, cuando había que definir cómo administrar la abundancia. Los partidos políticos han sido sólo pantalla que encubre a la casta que ha gobernado el país desde hace 34 años de manera ininterrumpida.
La llegada del PAN al poder, como ya queda claro, no fue sino una simulación más. Fox llego a ser el más manso instrumento del Cartel de Chicago.
El grupo cerrado de economistas neo monroistas nunca ha entregado las riendas. Comenzó con Silva Herzog, que convencía a cualquiera de sus posturas, aunque la realidad fue la única que se resistió a sus espejismos.
Claro, la medida que cambió para siempre a este país, fue aquella necedad de vender petróleo al precio de capricho, que nos colocó en el túnel del subdesarrollo durante tres décadas, aunque pensemos que ya salimos del él. Sin Andrés de Oteyza no se entienden los ciclos de crisis recurrentes, ni la distorsión estructural que ha vuelto a México un país con 60 por ciento de pobres.
Ahora encabeza la empresa encargada de absorber las partidas presupuestarias de la infraestructura, por supuesto, con provecho del exterior y no del país al que derruyó.
De Gil Díaz qué decir, cada día hay más closets y cadáveres que salen de los mismos. Sin él no se entiende el oligopolio bancario que ha impuesto en México el margen financiero más injusto y depredador que existe en todo el orbe, teniendo a sus incondicionales dirigiendo los hoyos negros del ahorro de los mexicanos.
¿Realmente habrá quien piense que existe alguna diferencia entre Pedro Aspe, Santiago Levy, Agustín Carstens, Ernesto Cordero, Mario Delgado, Vidal Llerenas, J. A. Meade, el JJ Suárez Coppel, Luis Téllez y el actual equipo hacendario?
Todos salieron de la misma mata y componen el inefable grupo que mucho promete, pero nunca pasa del 2 por ciento en promedio de crecimiento.
Kessel y Meade de paso por la Secretaría de Energía postraron a nuestro país en el derrotero de la dependencia energética y en tanto sigamos sus recetas, tendremos los mismos resultados.
Magistrados Electorales como expertos en generación de electricidad. Pedro Joaquín sin ser informado de que el sexenio ya comenzó. Por su lado Reyes Heroles, Téllez y seguidores, se aprestan a apoderarse de las instancias reguladoras del sector energía, para completar la rendición económica de la república.
Todo parece indicar que el nuevo bastión del club será esa dependencia, que resulta – tras la reforma fiscal- el nuevo eje de sumisión al que da becas universitarias más allá del Rio Bravo. Queda claro que los educandos se ahorraron algunos dólares, pero el costo para los mexicanos no tiene para cuando pagarse.
Ninguna reforma política cambiara el status quo, dado que los cargos que efectivamente controlan el poder, no se votan.