El ‘Chima’ es un tipazo, pero…

Marco Antonio Ruiz es un tipazo, un hombre que luchó por hacerse de un nombre dentro del balompié nacional y que lo consiguió, empezando por su peculiar apodo: el “Chima”.

Pero hoy ese tipazo empieza a sentir el rigor de estar al mando de un plantel de muchísimo peso. Sus tres partidos invicto -desde que tomó a Tigres- pasaron a ser una mera anécdota después de la derrota con Chivas en el mismo Estadio Universitario.

Entonces los comentarios positivos sobre su naciente gestión pasaron a ser dudas y cuestionamientos sobre si tiene los pergaminos y conocimiento suficiente como para manejar a uno de los equipos más ricos del futbol mexicano.

El “novato” Veljo Paunovic dio una muestra de que este Tigres no es invencible como su etiqueta de imbatible lo hacía ver. Incluso, me atrevería a decir que el mismo Hernán Cristiante y los Bravos de Juárez dieron una pequeña “probadita” de cómo jugar en San Nicolás de los Garza. El resultado: dos partidos sin ganar en casa para el equipo del “Chima”.

De hecho, aquí viene un motivo para realmente dudar… Si bien bajo el mando de Marco Antonio el equipo tenía un par de victorias, ambas se lograron ante clubes con tendencia a la baja: Atlas y Pumas.

Ahora bien, para intentar sacudirse la derrota frente al hoy tercer lugar general, La U tendrá como sinodal al Necaxa en Aguascalientes, un rival con tendencia autodestructiva con apenas dos victorias conseguidas ante el Cruz Azul del “Potro” Gutiérrez y la misma UNAM. A eso habría que sumar el hecho que el Rayo se encuentra con incertidumbre pues su DT, Andrés Lillini, se perfila para llegar a la Selección Nacional Sub-23.

Ahora bien, lo realmente interesante vendrá después e, irónicamente, jugando en casa. Porque le tocará recibir al América (hasta ahora invicto) y, luego, el Clásico Regio.

Un par de retos con el suficiente grado de dificultad para poner a prueba lo mucho o poco que ha podido absorber el “Chima” en el tiempo que lleva entrenando a nivel profesional (juveniles, mayores, etcétera).

Por lo pronto puedo decir que Marco Antonio es un tipazo, pero también tengo dudas sobre si era el momento adecuado para tomar un plantel de esta envergadura, con la presión (por no decir obligación) de meterse directo a la Liguilla y pelear por el título.

Y no, no lo digo por la derrota del pasado sábado.

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