El aborto, la primera causa de muerte
No es la delincuencia organizada ni el narcotráfico ni los desaparecidos ni siquiera el cáncer, la diabetes o los ataques al corazón, la primera causa de muerte en el país es el aborto, el que año con año cobra cientos de miles de víctimas en nuestra patria.
Acabamos de celebrar el Día de Muertos y más allá de los altares, flores y visitas queda siempre la triste memoria de los que se han ido que solo consuela la fe de que los difuntos descansan ya en la paz de Dios.
Pablo Mier y TeránNo es la delincuencia organizada ni el narcotráfico ni los desaparecidos ni siquiera el cáncer, la diabetes o los ataques al corazón, la primera causa de muerte en el país es el aborto, el que año con año cobra cientos de miles de víctimas en nuestra patria.
Acabamos de celebrar el Día de Muertos y más allá de los altares, flores y visitas queda siempre la triste memoria de los que se han ido que solo consuela la fe de que los difuntos descansan ya en la paz de Dios.
Tradicionalmente se entiende la muerte de los humanos como la extinción de la vida, es en todo caso el momento en el que el cuerpo pierde la vida y el espíritu emprende el camino del más allá.
Al año en nuestro país mueren aproximadamente un millón 600 mil personas, muchas de ellas de modo irresponsable y absurdo, porque más allá de los muertos por violencia o los “desaparecidos” están todos aquellos que, en apenas los inicios de su vida, son salvajemente masacrados y también desaparecidos por la vía del aborto.
El aborto siempre ha existido en el planeta, como ha existido la violencia, desde los albores de la humanidad ha habido abortos como ha habido guerras y asesinatos; sin embargo nunca tantos como ahora, además hay que considerar que en pasadas civilizaciones se respetaba más la vida humana de lo que se respeta ahora.
Las civilizaciones antiguas han velado más por los no nacidos que la nuestra: la prohibición al aborto se encuentra desde el Código Sumerio (2000 a.C.), el Código Asirio (1500 a.C.), el Código de Hammurabi (1300 a.C.), el Talmud y el Viejo Testamento.
En la Biblia encontramos textos tan explícitos como el siguiente: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado…”
Durante la época del imperio Romano por ejemplo si la mujer embarazada era condenada a muerte, la ejecución se posponía hasta el nacimiento del bebé y si el padre del nonato era senador al momento de la concepción, este nacía con los privilegios de hijo de senador.
Además, se castigaba severamente el uso de substancias abortivas mismas que ahora son irresponsablemente autorizadas por nuestros gobierno y se venden con libertad donde el aborto es delito.
De un modo simple se quiere reducir el aborto a un tema de izquierdas y derechas o de avanzada o retroceso cuando todos lo sabemos es un tema de enormes intereses comerciales que manipula a las mujeres y se basa en la mentira.
Mary Stopes, la transaccional del aborto que busca mercado en el país, funciona bajo el slogan: aborto legal y seguro para no morir, cuando el resultado de su trabajo es en todo caso la muerte.
El gobierno del DF pensó que engañaría cuando inventó el término ILE, Interrupción Legal del Embarazo, confundiendo a la gente usando “terminación” cuando debió usar “final”.
Ustedes amigos no conocieron al doctor Jérôme Lejeune, científico francés reconocido internacionalmente que afirmó, con evidencias, que la vida humana inicia en el momento de la unión del ovulo y el espermatozoide y que desde ese momento se forma un ser humano vivo en desarrollo que nunca estará terminado.
Negar la perversidad del aborto es algo así como negar que matar a una oruga es matar a una mariposa o que matar a un renacuajo es matar a un sapo.
No más sangre inocente sobre esta tierra que esconde ya muchos cadáveres inocentes.
Usted decida…