La política es como una buena corrida de toros. Hay un toro, un matador, los subalternos y la audiencia. El matador requiere de una estrategia. Si el toro es bravo y grande, los subalternos – banderilleros, mozo de espadas y picador- deberán debilitarlo, para que el matador pueda hacer la estacada final.
Estamos en una faena. La pregunta es ¿qué rol jugamos el pueblo en esta corrida de toros. Somos la audiencia o somos el toro?
Tenemos la reforma energética que es el matador de la plaza. Las otras tres son sus subalternos.
La de telecomunicaciones fue como el picador que entró a la plaza, subido en el caballo de los monopolios, logró despistar al toro y que este bajara la guardia.
La educativa sacó el humo de la CNTE, un grupo disidente que al ver por sus propios intereses ha sido abucheado por la sociedad. El toro se desgató, persiguió un capote falso, eran los mozos, no el matador. El engaño funcionó.
La recién presentada reforma fiscal, ha puesto banderillas a quienes se han anticipado en estar en su contra. Dio un revés a la imposición del IVA a alimentos y medicinas que todo mundo esperaba. Se limitó en proponer IVA en chicles y comida para mascotas. Gravar las ganancias de la bolsa. Igualar los IVA de todo el país, eliminando el IVA del 11 por ciento de las zonas fronterizas. Y revistió con: pensión universal para mayores de 65 años y seguro de desempleo para trabajadores formales.
Sin duda hizo quedar muy mal a quien unas horas antes, en un mitin multitudinario, se declaraba en su contra.
Estos subalternos, diría Sun Tzu en su libro el Arte de la Guerra, han logrado despistar al enemigo basándose en el engaño. Bien dice Tzu, al enemigo hay que evítale cuando es fuerte, irritarle si su temperamento es colérico, y si es arrogante tratar de fomentar su egoísmo.
El matador afila su espada. La estacada vendrá en la reforma energética. Ahí sí no se equivoca López Obrador. Será el gran negocio de este gobierno. Y una estacada dolorosa para el pueblo, por lo menos si logran el cambio en el artículo 27 constitucional. Ya que nadie puede estar en contra de que capitales entren e inviertan, pero eso es algo que ya se viene haciendo desde hace tiempo, si no preguntemos a todos los contratistas de Pemex. ¿Quién paga los barcos, quien paga las obras? Pemex, no.
Ya veremos si al toro le queda el último soplo para defenderse. O se llevará el matador las dos orejas y el rabo. Muy buena jugada, maquiavélica, pero buena.
¿Qué quien es la audiencia? Pues los que se divierten al ver la corrida y solo esperan el resultado final, ¿quién cree usted que es?