Parafraseando, podríamos decir que donde manda marinero no gobierna capitán. Solo así se entienden las declaraciones contradictorias, inconsistentes y kafkianas de Medina Mora desde el exterior y la conferencia no pedida, en la que Meade manda al limbo el tema relativo al destino de “El Chapo”. Mientras uno dice que la pregunta no es si será extraditado, sino sencillamente cuándo, el otro dice que están negociando en lo oscurito, pero que no hay petición.
De manera anticipada y con dudoso sustento legal, el embajador Medina Mora, hace pronunciamientos que corresponden a otras autoridades y no a un agente diplomático. Pero más aún, estando tan cercano a aquel aparato que cerró los ojos mientras “El Chapo” compraba su escape, el declarante no advierte que los delitos por los que el personaje enfrenta a la justicia equivaldrán en pena a una reclusión de por vida.
Por ello, no es dable pensar que purgará pena y después enfrentará a la justicia americana. Siendo así es posible que él sugiera una preferencia de las cortes extranjeras respecto del poder judicial del estado en el que cobra.
Como de costumbre, la agenda causa risa al canciller, en un halo de duda en cuanto a su proceder en lo jurídico. Los nuevos y múltiples procesos que enfrenta el acusado no permiten “negociar” entrega del recluso, ya que el tema está subjudice y no se debe generar expectativa sobre un procesado que está sujeto a la jurisdicción nacional.
Aquella seriedad de los secretarios de relaciones, se ha cambiado por ese entorno jocoso y burlón que usa el funcionario al tratar asuntos de política exterior. Simplemente convocar a una rueda de prensa o generar debate cuando el Poder Judicial no ha determinado la suerte del procesado, resulta irresponsable.
Claro que resultaría más relevante que fijará posición en cuanto a su conocimiento del asunto Oceanografía, dado que desempeñó puestos relevantes y cercanos al tema. En su errática trayectoria tuvo tiempo de ser secretario de hacienda y de energía cuando esa empresa hizo de las suyas. También estuvo al frente de la coordinadora sectorial que nunca pudo encontrar las cuentas y procesos de lavado del cartel de Sinaloa y ni por asomo existen investigaciones y logros acerca de las actividades de “El Chapo”, mientras él estuvo al frente de las carteras que vieron crecer y desarrollarse a las entidades no reguladas y reguladas en las que se apoyó esa empresa de manera impune.
Que decir de los directivos de Mexicana que lejos de ser acusados por el responsable de las finanzas, vieron en aquel sexenio enormes fortunas procedentes de la banca de desarrollo. Los expedientes que hoy emergen apuntan a quienes abusaron, pero también a las autoridades que miraban a otro lado cuando se armaron verdaderos emporios, ya que el IDE propuesto por él, no alcanzaba a las establecimientos cambiarios y de menudeo, que ahora aparecen como parte del engranaje de la empresa que encadena robo de combustible, casinos y quebranto a las finanzas nacionales.
Eduardo Medina Mora hizo pronunciamientos que corresponden a otras autoridades.