En un acto sin precedentes en la política mexicana, Vicente Fox y Marta Sahagún se apersonaron ayer en la inauguración de la Conferencia Anual de Municipios 2013, muy quitados de la pena.
Si el presidente Enrique Peña Nieto invitó a la expareja presidencial, cometió un gran error político.
Y es que el gesto se lo podrían reprochar todas las fuerzas políticas, empezando por los panistas, para quienes Vicente Fox es un traidor, y también la inmensa mayoría de los mexicanos a los que Fox defraudó.
Ahora que si Peña Nieto no invitó a Marta Sahagún y a Vicente Fox, las implicaciones podrían ser todavía peores.
Además de los daños a la imagen presidencial, el hecho implica que los responsables de evitar que esto suceda no están haciendo bien su trabajo.
No se necesita ser un genio en mercadotecnia política para concluir que la imagen de Peña Nieto terminaría hecha pedazos si los expresidentes de la República se empiezan a aparecer en los actos oficiales, tal y como lo hicieron ayer en León, Marta Sahagún, y Vicente Fox.
Por fortuna para el presidente Peña, no acudieron al evento los hijos de Marta en compañía de Lady Profeco.
Salto al pasado
Con la instalación de la “Comisión Plural para la Competencia Electoral”, el gobierno federal y los tres principales partidos políticos dieron un gran salto al pasado.
En otros tiempos el sistema lo cuidaba la Comisión Federal Electoral, instalada en gobernación, para que no “se cayera” y ahora lo hará la “innovadora” Comisión Plural.
Según el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, se “trata de un mecanismo preventivo y correctivo” para dar “certidumbre de una vez por todas a los procesos electorales”.
En aras de la congruencia, lo que faltaría ahora para completar el cuadro sería desaparecer al IFE, que se suponía sería un organismo ciudadano para evitar trampas en la competencia electoral.
Desde luego eso incluiría también a la Unidad de Fiscalización de los Recursos de los Partidos Políticos, y a la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales.
No cabe duda que a los funcionarios públicos y a los políticos frecuentemente se les olvida que la autoridad solo puede hacer lo que la ley les permite.
Ni más, ni menos.