En la nueva era, la era digital y de las comunicaciones, hemos visto nacer nuevos descubrimientos, al tiempo que vemos morir la vida como la conocemos.
Como calavera tilica y flaca, o como las caras de las Catrinas de San Miguel, vemos morir nuestro tiempo de ocio, sin agenda, sin WhatsApp sonando cada 5 segundos.
Vemos morir nuestro aire, nuestra calidad de vida, alimentos que nos nutran.
Vemos morir una reunión entre amigos sin celulares y nuestra libertad fuera de las redes sociales. Al mismo tiempo que nos quieren vender una nueva.
¿Cuáles son los cambios que más pueden cimbrarnos como sociedad y no conocemos sus consecuencias?
El primer golpe a matar es hacia la familia. Primero queriéndonos vender la idea de familias diferentes -que si bien podemos respetar las preferencias sexuales de cada quien- el contexto de llevarlo a modificar la estructura social de la familia, sin duda tendrá efectos desconocidos por el momento.
El segundo golpe a matar va hacia la maternidad. Aquella santa institución hoy se convierte en parte de las prestaciones de dos instituciones de tecnología: Facebook y Apple, donde para postergarla se ofrece un bono para congelar óvulos y retrasarla.
Los riesgos de tener bebés con alguna deformación o problema aumenta en este tipo de prácticas. Qué tipo de sociedad piensan Facebook y Google que van a tener, si en lugar de promover hijos sanos en los momentos más adecuados de la maternidad, promueven prácticas que aumentan considerablemente otros riesgos.
No es nuevo que en los lugares desarrollados las mujeres han preferido postergar su maternidad mientras consolidad su carrera profesional. Los casos en Alemania, Dinamarca, Noruega, entre otros han sido muy sonados. Ya que a falta de hijos los gobiernos han visto en peligro sus tasas negativas de población, mientras al mismo tiempo, miles de inmigrantes llegan a estas naciones, poblándolas rápidamente.
Estos inmigrantes llegan con otras costumbres, creencias, ideas, que se van permeando. Ahí está el caso de los musulmanes que han crecido rápidamente en Europa y ahora quieren influir el derecho conocido.
Todos estos cambios vienen de un pensamiento de corto plazo. El que piensa que el mundo es ahora, como un mensaje. Es el que construye un castillo de arena, que en la primer ventisca se destruirá.
Al día que recordamos a aquellos que nos dejaron el mundo que hoy vivimos, pensemos que mundo le estamos dejando a aquellos que nos celebrarán cuando ya no estemos.
Sin importar si es otra era, qué vale la pena dejar morir y qué vale la pena salvar a como de lugar.