Quiero decirles al Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de México, y al juez Manuel Alejandro Martínez Vitela, que un pederasta agrede al menos 60 veces en su vida, por lo que dejar en libertad a uno de ellos, es dejar desprotegidos a nuestras niñas, niños y adolescentes.
Es permitir que un criminal sexual viva en total impunidad, y pueda afectar la vida de al menos 60 niñas, niños y adolescentes.
Desde el Senado exigimos la inmediata destitución del juez Martínez Vitela, por su incompetencia, falta de capacidad e ineptitud; por poner en riesgo la vida, la dignidad, la integridad y la salud de una niña de solo cuatro años de edad, y que su resolución permita sentar precedente para evitar que miles de pederastas sigan viviendo en la impunidad, por este tipo de decisiones absurdas, denigrantes, ultrajantes y humillantes.
Asimismo, exhortamos al Poder Judicial del Estado de México a condenar y a aplicar justicia y reparación de daños por la cobarde y absurda decisión del juez Manuel Alejandro Martínez Vitela.
Datos del Registros de Lesiones 2019-2022 de la Secretaría de Salud, muestran que se atendieron casi 10 mil niñas, niños y adolescentes por violencia sexual. La Red por los Derechos de la Infancia en México, estima que las niñas y adolescentes mujeres son más propensas a sufrir violencia sexual. Tan solo en el año 2022 representaron casi el 93 por ciento de las víctimas de este delito.
El estado que tuvo más víctimas de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes fue precisamente, el Estado de México, y el lugar más común para sufrir esta violencia es en una vivienda y por un conocido. Esta es la triste realidad a la que se enfrentan niñas, niños y adolescentes todos los días.
Mientras los depredadores sexuales tengan impunidad, estos crímenes van a continuar como hasta ahora. Los depredadores siguen sueltos, los niños viven con terror, sintiendo culpabilidad el resto de su existencia.
Estoy comprometida, a nombre de todas las senadoras y todos los senadores, que no dejaremos este caso ni un día mientras permanezcamos en este Senado de la República, y a donde vayamos también, apelando y exigiendo que se resuelva en lo inmediato.
Es hora de romper el silencio, de impartir justicia para la hija de Victoria Figueiras, para esta pequeña que merece recuperar su paz y su felicidad; y para todos los casos que están guardados en un cajón esperando impartición de justicia.
No más impunidad en un país que ocupa el segundo lugar de turismo sexual infantil del planeta. Que ocupa uno de los dos primeros lugares en turismo sexual de bebés del mundo. Que ocupa el primer lugar de contenidos de pornografía infantil, y que en la pandemia el crimen de violencia sexual creció 150 por ciento.