Democracia vs. corrupción

El avance que ha tenido la democracia electoral en el país se ha visto reducida por el efecto que tiene la corrupción sobre la consecución de una democracia real y completa. 

La corrupción desquebraja el sentido ciudadano y quebranta las leyes, las cuales deben regular las relaciones sociales, económicas y políticas entre los individuos y las instituciones.

Alejandro Pastrana Alejandro Pastrana Publicado el
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El avance que ha tenido la democracia electoral en el país se ha visto reducida por el efecto que tiene la corrupción sobre la consecución de una democracia real y completa. 

La corrupción desquebraja el sentido ciudadano y quebranta las leyes, las cuales deben regular las relaciones sociales, económicas y políticas entre los individuos y las instituciones.

Morris (2009) concluye que la democracia y la corrupción representan dos fuerzas opuestas. La primera contiene el objetivo filosófico de contrarrestar la corrupción y garantizar la justicia e igualdad para todos los ciudadanos y la segunda busca minar el sentido mismo de la democracia.  

Si la democracia y la corrupción van en sentido contrario, una exposición larga y constante de principios y ejercicio democráticos reducirá el impacto y la capacidad de maniobra de la corrupción. En otras palabras,  la medicina democrática tendrá efecto sí y sólo sí se aplica de manera constante y permanente. 

La corrupción también tiene un efecto en los niveles de satisfacción política de la ciudadanía. Morris y Klesner (2010) advierten que la descomposición democrática ha sido un trampolín para la desconfianza entre ciudadanos y en las instituciones políticas, erosionando al régimen democrático construido en las últimas décadas. 

Esta percepción de insatisfacción y desconfianza al sistema político complica el combate a la corrupción, desvirtuando el capital social de la ciudadanía y reduciendo su participación. En el peor de los casos este estado de ánimo social puede corromper la percepción de legitimidad y legalidad del régimen político. 

Pero, ¿por qué hay corrupción? Una de las interrogantes más debatida en el país, es de principio compleja y difícil de resolver. Sin embargo, creo que en el fondo hay una posible explicación biológica o natural a partir del mimetismo humano. 

Me explico. La selección natural o lucha por la sobrevivencia ha generado la coexistencia entre las especies con un mínimo de competencias, explotándose el uno a otro para sobrevivir: relación depredador – presa.

Los organismos, para no ser “presa fácil”, han utilizado al medio y su capacidad de adaptación para evitar cualquier peligro. El mimetismo es un fenómeno que consiste en que un organismo se parezca a otro,, con quien establece alguna relación obteniendo así algún tipo de aprovechamiento o ventaja. El objetivo es tergiversar la realidad  (los sentidos de los depredadores) incurriendo en una determinada conducta.  El mimetismo es una estrategia común entre los animales. Estos adoptan la apariencia y el comportamiento de especies peligrosas para confundir a sus depredadores. 

En esta argumentación biológica y natural, los mexicanos tendemos a adaptarnos a la perversidad de la realidad. Los más, ciudadanos honestos y justos, se ven en peligro ante los menos, los corruptos, llevando a la vida en comunidad a resultados funestos.

Alejandro Pastrana Valls 

Es originario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Es candidato a doctor en Gobierno por la Universidad de Essex en Inglaterra y becario del Conacyt.

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