Demagogia salarial

El secretario del Trabajo Alfonso Navarrete Prida tiene toda la razón cuando señala que el aumento al salario mínimo debe analizarse con toda responsabilidad y no al “ahí se va”  como lo propone el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.  

Y mucho menos a través de una “consulta popular” como lo propone el presidente del PAN Gustavo Madero. 

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El secretario del Trabajo Alfonso Navarrete Prida tiene toda la razón cuando señala que el aumento al salario mínimo debe analizarse con toda responsabilidad y no al “ahí se va”  como lo propone el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.  

Y mucho menos a través de una “consulta popular” como lo propone el presidente del PAN Gustavo Madero. 

Según Navarrete Prida, el deterioro del salario ha sido una de las preocupaciones del presidente Enrique Peña Nieto desde que andaba en campaña, y que desde hace meses, la Secretaría de Hacienda ya tiene preparada una iniciativa para aumentar los salarios mínimos con la intención de fortalecer el mercado interno. 

Sin embargo, la pregunta es si los aumentos a los salarios por decreto, fortalecerán realmente dicho mercado interno. 

Es cosa de recordar lo que pasó con la inflación cuando a José López Portillo se le ocurrió incrementar los salarios en un 10, 20 y 30 por ciento.

¿A título de qué?

Aunque suene a sueño guajiro, no estaría nada mal que los coordinadores de cada una de las bancadas de la Cámara de Diputados regresaran los millones de pesos que han recibido a cuenta de “subvenciones extraordinarias” tal y como lo está haciendo el diputado de Movimiento Ciudadano Ricardo Monreal Ávila. 

Y es que eso de que de pronto aparezcan depósitos extraordinarios en las cuentas bancarias de las bancadas, sin que se sepa  para qué son, se antoja algo más que sospechoso.

Emisario del pasado

Al parecer al comisionado Alfredo Castillo se le olvidó que a partir del 1 de diciembre del 2012 el nuevo presidente de la República se llama Enrique Peña Nieto. 

Y que este importantísimo cambio se debió, entre otras cosas, a que los electores que votaron por Peña Nieto estaban hartos por la manera en que Felipe Calderón atacó el problema de la delincuencia organizada, especialmente en Michoacán.

Como si fuera el vocero de Genaro García Luna, el comisionado Castillo les recordó a los alcaldes de Michoacán que desde hace más de tres años se les invitó a denunciar cualquier presión o extorsión de la que hubieran sido víctimas. 

¿Estará Alfredo Castillo planeando asestar otro michoacanazo a los alcaldes? 

Para acabar de empeorar las cosas, el comisionado “explicó” que si los índices delictivos han empeorado,  es porque antes de su llegada los michoacanos no denunciaban los delitos.

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