¿De qué está hecho Peña Nieto…?
Quién, en su sano juicio, puede aceptar que la irritante noticia relativa a la existencia de una mansión multimillonaria en las Lomas de Chapultepec, propiedad del Presidente de la República y de su esposa, fue producto de la casualidad cuando faltaban unos días para iniciar su viaje a China?
Francisco Martín Moreno
Quién, en su sano juicio, puede aceptar que la irritante noticia relativa a la existencia de una mansión multimillonaria en las Lomas de Chapultepec, propiedad del Presidente de la República y de su esposa, fue producto de la casualidad cuando faltaban unos días para iniciar su viaje a China? La mano negra que mandó la información a diferentes medios y que solo Carmen Aristegui publicó valientemente, ¿no tenía como objetivo absolutamente claro envenenar el viaje de Peña Nieto a Asia en el preciso momento en que, además, la nación protestaba airadamente por la desaparición de los 43 estudiantes guerrerenses?
En el contexto de un ambiente social y político crispado, ante la manifiesta incapacidad de las autoridades para dilucidar los acontecimientos de Ayotzinapa y arrestar tanto a los asesinos intelectuales como los materiales de los muchachos inmolados, en esa terrible coyuntura en que México es exhibido en el mundo como una comunidad salvaje integrada por caníbales que resuelven sus diferencias con las manos como en el Paleolítico tardío, cuando se discutía si el presidente debería o no ir a China, de repente, así porque sí, se asesta un golpe de gracia en la nuca presidencial cuando la opinión pública, ya de por sí incendiada, fue informada a través de la prensa, de la existencia de una residencia propiedad del Jefe de la Nación en una de las zonas más caras de la capital del país. Un escandaloso insulto en un país sin leyes y en donde se encuentran sepultados 60 millones de mexicanos la pobreza. ¿Casualidad…? ¡Jaaaa!
Quien asestó el tremendo trancazo en la nuca presidencial no solamente esperó el momento oportuno para lanzarlo, sino como las pacientes arañas que tejen su red, también supo hacerse de la información necesaria para probar el origen inaceptable de semejante fortuna inmobiliaria que se logró, llamémoslo eufemísticamente así, gracias a un tráfico de influencias en los años en que Peña Nieto fue gobernador mexiquense.
Los datos son de tal manera contundentes que no dejaron salidas creíbles al presidente de la República. Es claro y evidente que el enemigo de Peña, quien articula su estrategia tras bambalinas no es, de ninguna manera, un adversario insignificante ni menor. Sabe lo que hace, cuando lo hace y cómo lo hace. ¡Cuidado!
Quien sea y como se llame este sujeto de marras, no ignoraba que Peña Nieto no podría viajar a China si la opinión pública mexicana sabía que uno de los beneficiarios constructores del tren rápido de México a Querétaro, era el mismo “socio” de la mansión en cuestión.
Lo sabía, claro que lo sabía, como también sabía que el presidente tendría que cancelar con cualquier pretexto, como la ausencia de transparencia, la adjudicación del contrato ferrocarrilero a los chinos antes de su viaje, con lo cual provocaría un conflicto entre ambos países, cuya consecuencia inmediata consistiría en llamar a consultas a su embajador unos días de la visita oficial de Peña Nieto.
Una auténtica bofetada en el contexto de los usos y costumbres diplomáticos. El ridículo fue estremecedor tanto aquí, en casa, como ante los chinos. Quien haya diseñado la estrategia para defenestrar a Peña Nieto, instalado en un aquelarre secreto y hermético, lo está logrando, entre sonoras carcajadas, mientras yo me pregunto, ¿en dónde habrá quedado la inteligencia nacional que destruyó puntualmente la señora Fox?
¿Peña Nieto será el “Payaso de las Bofetadas” que se deja golpear mientras se destruye su imagen, el gran activo de cada político? ¿Qué quedará de Peña Nieto cuando se erosione totalmente su imagen, en la inteligencia de que cuando le va mal al presidente de México le va mal a todo México…? ¿En qué momento empezará Peña a soltar las manos y a echar andar lo que quede de la inteligencia nacional para saber quién está atentando en contra de su gobierno y con tanta puntual eficiencia?
En otro orden de ideas, el estratega del caso, debe advertir con meridiana claridad, que la pandilla criminal llamada los “Guerreros Unidos” no pretende solamente apoderarse del gigantesco mercado de la amapola, cuyo “escurridero” se encuentra en Iguala y al que ya se ha referido el propio presidente Obama, en la inteligencia que ese grupo delictivo, en estos momentos, es el único poder en Guerrero, puesto que nadie va contradecir sus pretensiones ni a oponerse a sus designios cuando ya conocen sus alcances criminales. ¿Quién va a negarse a pagar el derecho de piso cuando se lo reclamen los “Guerreros Unidos” en cualquier población de Guerrero si de sobra conocen sus niveles de brutalidad, mismos que quedaron una vez más demostrados con la desaparición de 43 estudiantes?
No nos engañemos, en el estado de Guerrero no hay más autoridad que los “Guerreros Unidos…”
Max Weber sostenía que si quien detenta el monopolio del poder no lo utiliza, siempre habrá alguien que llenara ese vacío porque la desaparición de poderes simplemente no existe…
¿Y aquí acabó todo? ¿El estratega de marras ya habrá concluido con su actividad desestabilizadora al exhibir la existencia de la mansión, obligar al presidente a cancelar la licitación y hacerlo llegar a China sepultado en la vergüenza? ¿Ahí habrá concluido su gestión y habrá saciado su sed de venganza, cualquiera que haya sido el origen de ésta? ¿Yaaa? ¡Claro que no!
Las personas o grupos que están atentando en estos momentos en contra del presidente de la República y de su gobierno o bien están ávidos de recuperar privilegios económicos y monopólicos perdidos, o están desesperados desde que les arrebataron sus banderas políticas al promulgar las leyes energéticas y la Corte les negó la consulta popular o simplemente desean asestar un golpe de Estado y por ello empiezan a medir sus fuerzas.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, no solamente desea controlar la educación en México para acabar de sepultarnos en el atraso propio del medievo, sino que también desea, de manera inconfesable llegar al poder por la vía de la violencia, propósitos similares que animan al EPR y a otros 20 grupos armados, hoy todavía escondidos en la clandestinidad de las sierras me Oaxaca, Michoacán y Guerrero, paradójicamente las entidades más atrasadas de México.
Uno debe ser el presidente de la República que viajó a China con una auténtica puñalada en la yugular y otro el Peña Nieto que habrá de regresar de Asia a imponer el orden, el imperio de la ley y finalmente el Estado de Derecho, salvo que no se haya dado cuenta que si no logra este último objetivo de manera inmediata, tal vez su presidencia quede absolutamente comprometida al extremo de no poder concluir su mandato, situación que no acontecía desde la oprobiosa imposición del maximato de extracción callista, una de las más siniestras herencias del PRI autocrático de todos los tiempos.
Peña Nieto debe regresar a México con la espada desenvainada. Debe volver dispuesto a cortar cabezas en su gabinete que ha demostrado su inutilidad hasta la saciedad. Debe empeñarse en esclarecer el asunto de Ayotzinapa, recuperar su imagen deteriorada en el orden nacional e internacional y encontrar aquella o aquellas personas que ya están preparando el próximo golpe que habrán de asestarle y que de ninguna manera puede tomarle otra vez desprevenido.
Si está pasmado y abrumado el futuro de México también estaba comprometido. Es la hora de saber de qué está hecho el presidente de la República y por qué pretendió ser el jefe de la nación. Es la hora de demostrar sus capacidades, imaginación, agallas y talento. ¿Es un estadista? México está en juego, su gobierno está en juego, todos nosotros estamos en juego…
La incertidumbre, la timidez, la indolencia y la pasividad nos pueden conducir de la mano al mismísimo infierno. Queremos ver a un presidente enérgico que como los toros bravos sepa crecerse al castigo. Este es su momento. Este es nuestro momento. No podemos permitir que en otro Estado de la Federación desaparezcan ahora, por ejemplo, 50 menores, o se incendien más congresos, academias y otros palacios de gobierno. ¿De qué está hecho Peña Nieto? Muy pronto lo sabremos, como también sabremos de qué estamos hechos nosotros… Empieza la gran prueba de fuego para México.