‘Cuau’ se roba el ‘chow’

El “americanismo” de verdad, no el que quiso manipular el “Maistro” Reynoso, hoy envalentonado con sus Tiburones en la cima de la tabla, hizo su parte, un llenazo de más de 70 mil que pintaron de amarillo el Azteca. 

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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minutos estuvo en la cancha Cuauhtémoc Blanco
Cuauhtémoc ya no gana un pique, pero su clase a raudales le permite driblar, marcar pausa y ritmo y hacer jugadas de fantasía como aquel taconazo para pase de 30 metros en media cancha

El “americanismo” de verdad, no el que quiso manipular el “Maistro” Reynoso, hoy envalentonado con sus Tiburones en la cima de la tabla, hizo su parte, un llenazo de más de 70 mil que pintaron de amarillo el Azteca. 

El equipo que hoy dirige Gustavo Matosas se queda corto, fallón, impreciso, muchas ganas y poca efectividad, concurso de fallotas de Oribe-Darwin–Benedetto, Pablo Aguilar se expulsa solito como si las broncas de puntos de vista tácticos con Matosas no fueran suficientes, partido sin sabor, sin chiste, de los que nadie excepto el “Profe” CRUZ, técnico del Puebla y sus directivos que sacan un punto de oro de los que no estaban presupuestados.

Americanismo fiel

Nos quedamos con las ganas de comparar qué grito de apoyo y pasión sería más sonoro, si el de algún gol del América y más si lo anotara su goleador Oribe Peralta, ó la ovación que recibiera Cuauhtémoc Blanco al momento de ingresar de cambio, o si lo hacía de inicio, no pudimos. América comienza a cargar lozas con dos semanas consecutivas en las que sus estrellotas se han borrado de la mente la portería rival, sin embargo ese Americanismo genuino, espontáneo, lleno de fidelidad y memoria de millones de aficionados, más otros millones de simpatizantes, fueron perfectamente representados por esos casi 70 mil que se dieron cita en el Azteca cuando al minuto 76, la ovación fue más que emotiva, si a nosotros nos emocionó hasta ponerse la piel chinita, habrá que imaginar lo que el “Cuau” habrá vivido y sentido al escuchar desde 30 minutos antes de su ingreso corear su nombre ( ¡Cuauhtémoc, Cuauhtémoc!) y más aún al momento de ingresar a la cancha. Cierto, los años pesan, ya no gana un pique, pero su clase a raduales le permite driblar, marcar pausa y ritmo, hacer una de fantasía como aquel taconazo para pase de 30 metros en media cancha, el “CUAU” lo disfrutó, nosotros también, al final es este “Cuau” a sus 42 años de edad en su temporada de despedida el que se robó el Show, bueno, el “Chow”. 

Otros Pumas

Contra la costumbre de los últimos meses, los Pumas de “Memo” Vázquez arranca sorprendiendo al Toluca de Cardozo con un par de jugadas que provocan un córner. Al centro se levanta el uruguayo Alcoba (les prometo que así se apellida, luego lo albureamos) entre dos “tolucos” que cerrando los ojos, apenas se iban enterando que el juego ya había arrancado. El 1-0 a los dos minutos puede ser normal en Ciudad Universitaria pero en contra de Pumas, 15 minutos después, Sosa se revienta un trallazo para el 2-0, luego se complican las cosas cuando Esquivel acerca al Toluca 2-1 después de 55 minutos de arrastrar las piernas.

Por el contrario, Toluca llega a C.U. dejando allá en la Capital Mexiquense el entusiasmo, el buen futbol, la jerarquía y ese espíritu peleador que les ha dado tanto.

¿y los tiguerees?

Esos Tigres del sábado por al noche en su Estadio Universitario son otros, comparados con los que apenas hace un par de meses se engancharon para meterse derechito a la Liguilla y que pierden la Final con América.

Lo felinos jugaron con desdén, amodorrados, adormilados, sin alegría, peleando con el árbitro y no cada pelota con el rival, al final el “Tuca” señala, muy a su estilo, que no le pongan la soga .. porque es incómoda. 

 

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