Cuando los medios mienten
Hoy por hoy nadie duda en la necesidad de incrementar la credibilidad y el prestigio de los medios de comunicación. La nueva Ley Telecom, que recientemente se aprobó en México, pide a los medios en su capítulo IV que pongan en marcha la figura del ombudsman o defensor de las audiencias.
En la nueva Ley, publicada por el ejecutivo en el Diario Oficial del 14 de julio de 2014 ese apartado está destinado a la los derechos de las audiencias.
Pablo Mier y TeránHoy por hoy nadie duda en la necesidad de incrementar la credibilidad y el prestigio de los medios de comunicación. La nueva Ley Telecom, que recientemente se aprobó en México, pide a los medios en su capítulo IV que pongan en marcha la figura del ombudsman o defensor de las audiencias.
En la nueva Ley, publicada por el ejecutivo en el Diario Oficial del 14 de julio de 2014 ese apartado está destinado a la los derechos de las audiencias.
Este solo hecho nos pone ante la posibilidad, comentan los expertos, de pasar de un país de algunos medios increíbles a un país con muchos medios de credibilidad.
Lo que la ley pide es lo que desde hace años añoramos las audiencias -lectores, radioescuchas o televidentes- que no es más que una democracia informativa, en la que todos tengamos cabida.
Con la llegada de las redes sociales, que dan voz a los sin voz, y que gracias a las nuevas tecnologías todos podemos acceder al micrófono y a la audiencia, ningún medio puede –si quiere subsistir- dar la espalda a la realidad; aunque a veces seguimos viendo y escuchando noticieros que hechos en México y sobre México nada tienen que ver con nuestra realidad.
La nueva ley pide a los más de mil medios de comunicación que en el país existen, que elaboren y publiquen un código de ética, para algo más que colgarlo en las paredes y cuenten con un defensor de las audiencias, también conocido como ombudsman.
La institución del ombudsman en el mundo se le debe a Suecia y se remonta al Siglo XVI, hablamos muy probablemente del mejor mecanismo de protección de los Derechos Humanos que nos hemos proporcionado.
Una de las principales razones por las que muchos mexicanos se han apartado de los medios, periódicos, televisoras y radiodifusoras, es porque estos medios ya antes se habían separado de ellos; el ombudsman puede ser ese puente que una y revitalice esos medios, puede ser quien les devuelva no solo la credibilidad sino la cercanía con sus audiencias.
Un viejo profesor de periodismo insistía en sus clases de ética periodística: “el médico entierra sus errores, el periodista los publica”.
El ombudsman o defensor de las audiencias es quien puede conocer de esos errores y corregirlos sin ser necesariamente el público quien haga llegar la queja, con el defensor de la audiencia es el mismo medio quien se encarga de velar por la calidad de la información y en caso de error, corregir lo que tenga que corregir.
Entre las principales funciones del defensor del lector podemos encontrar dos: defender al lector y favorecer el contacto del lector con el medio e incrementar la credibilidad y el prestigio del medio.
Es la nueva Ley de Telecom la que en su artículo 259 dice: Los concesionarios que presten servicio de radiodifusión deberán contar con una defensoría de audiencia…el defensor de la audiencia será el responsable de recibir, documentar, procesar y dar seguimiento a las observaciones, quejas, sugerencias, peticiones o señalamientos de las personas que componen la audiencia.
Para ser defensor de audiencia, dice la legislación, se deberán cumplir los siguientes requisitos: treinta años cumplidos, prestigio en materia de telecom y ausencia de delitos.
Para que la ley no se quede en letra muerta supongo que deberán ser los mismos medios quienes entiendan que más allá de lo que la ley pide se trata de una medida que les revitalizará e incrementará su credibilidad.
No olvidemos, por último, que el silencio puede ser también una feroz mentira.