Cuando en el género se rompen temas
La intriga, el suspenso y el argumento con pistas que se enredan en misterio, es la fórmula que se necesita para hacer un filme de cine negro, género acuñado entre las décadas de 1930-1950 para definir las temáticas de crimen pasional que fuera indagado por investigadores privados.
Lejos de la parafernalia hollywoodense, en la ciudad porteña de Juchitán, Oaxaca, y sin los claroscuros monocromáticos a cuadro, se tejió la historia de una ficción que cumple con el canon de este género cinematográfico.
Hidalgo Neirahttps://www.youtube.com/watch?v=bVAAfQzV_dY
La intriga, el suspenso y el argumento con pistas que se enredan en misterio, es la fórmula que se necesita para hacer un filme de cine negro, género acuñado entre las décadas de 1930-1950 para definir las temáticas de crimen pasional que fuera indagado por investigadores privados.
Lejos de la parafernalia hollywoodense, en la ciudad porteña de Juchitán, Oaxaca, y sin los claroscuros monocromáticos a cuadro, se tejió la historia de una ficción que cumple con el canon de este género cinematográfico.
“Carmín Tropical”, cinta de Rigoberto Perezcano, explora el crimen de Daniela, una “muxe” (hombre que se vuelve travesti) que fue encontrada sin vida en las playas de la entidad.
Mabel –quien también es muxe– regresa al Istmo de Tehuantepec después de años de ausencia, para seguir las pistas que ha dejado su amiga y explorar el asesinato que sigue impune.
Las muxes tienen su origen en la cultura zapoteca, por lo que este “tercer sexo” es visto sin tabúes en la comunidad oaxaqueña.
“Yo creo que en ese sentido los zapotecos en Juchitán, van avanzados unos años en el sentido y la capacidad de poder abrirse a las diferencias y en este caso a las diferencias sexuales”, comentó el director de la cinta.
El filme inició rodaje en la entidad oaxaqueña en 2012 y contó con un presupuesto de 15 millones de pesos.
José Pescina es quien interpreta a Mabel y el actor defeño platicó que “la transformación fue para mí todo un camino acertado, para poder entrar en el personaje, hablando desde la transformación física, porque también hubo todo un proceso de investigación respecto a la femineidad y de las mujeres, de las muxes, de las que se visten, las que no se visten, de que Mabel es un muxe que se identifica con una mujer”.
“‘Carmín Tropical’ habla de eso: tolerancia, intolerancia, travestismo, pero también habla de un género que es el género negro, el suspenso y el thiller y en el cine mexicano pues muchas veces es más que tabú el tema de homosexuales”, añade Perezcano.
En la trama, Luis Alberti interpreta a Modesto, un joven taxista de Juchitán que se vuelve amigo de Mabel. El histrión reconoce que su personaje cuenta con una estructura mental compleja “pero que va más allá, (…) nosotros nunca vamos a saber como actores y como seres humanos, qué es lo que realmente está pasando en la mente del otro”.
La naturaleza de “Carmín Tropical” es el retar al espectador envolviéndolo dentro del contexto de Juchitán y cómo es que la violencia de género trasciende a las mujeres, demostrando que también las muxes están expuestas, aunque sean socialmente aceptadas inclusive por el clero de Oaxaca.
“Juchitán es el único lugar del mundo donde la Iglesia Católica los recibe, recibe a los homosexuales, entonces la vela muxe es famosísima”, asevera Alberti.
Las velas es como se les denomina a las fiestas patronales religiosas en Juchitán, en las que hay ofrendas, desfile y misa. Esta celebración pudo ser reconocida gracias a “Las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro”, que con el paso de los años lograron que la vela muxe fuera aceptada.
Esta película ganó el premio a Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2014 y compitió por 10 Premios Ariel, de los cuales obtuvo el de Mejor Guión Cinematográfico Original.
“Creo que el verdadero premio que tenemos los que hicimos esta película es que el público mexicano se acerque a verla y sus emociones se muevan a través de este relato fílmico”, puntualizó Rigoberto Perezcano.
