El principio de la locura
se manifiesta en los hombres
cuando llegan a la creencia
de que haciéndolas cosas
de la misma manera que siempre
obtendrán
resultados diferentes.
Albert Einstein
La forma de hacer política debe cambiar radicalmente.
Un grupo de amigos que viven al margen de la política, me invitaron a conversar. Pusieron sobre la mesa de manera franca y sin ninguna pretensión sus personales opiniones y preocupaciones acerca de lo que sucede en México. Algunas de ellas me parecieron duras como realistas. Retomo las mas significativas con el propósito de compartirlas con ustedes para enriquecer la reflexión.
La apatía ciudadana— de la que ellos mismos reconocieron ser parte, —es consecuencia de la falta de confianza de la población en sus autoridades políticas y administrativas.
Los gobernantes ocupados siempre en sus asuntos prioritarios de carácter político descuidan la sociedad.
Los partidos políticos cada vez están mas desacreditados ante los electores. Solo piensan y se ocupan de competir en las elecciones para ganar poder político y personal.
La rivalidad entre lideres políticos y candidatos de cualquier partido se basa en desacreditar a sus contrarios con verdades y mentiras, insultos y revelaciones de uno y otro que ponen al descubierto su calidad moral, que es distinta de la que públicamente presumen.
Estos embates ponen al descubierto, las verdaderas intenciones que los mueven para conseguir mas poder. Los políticos hacen todo esto y más, para aniquilar a sus adversarios y obtener beneficios personales.
El ambiente que vivimos en sociedad es de inseguridad, desconfianza y de confrontación. Parece que estamos todos contra todos.
Los pleitos de políticos y gobernantes estresan a los ciudadanos, yo diría que hasta nos enferman. Es similar a lo que ocurre con los niños que crecen en una atmosfera familiar de acusaciones, reproches y hasta violencia entre los padres.
¿A donde vamos a llegar con tanta división?
¿Cómo podemos tener confianza en partidos y gobiernos que solo se ocupan de atender sus intereses? Es mejor estar lejos de la política.
Los ciudadanos queremos tener lideres con autoridad moral.
Que sus propósitos sean los intereses de la sociedad. Que nos motiven a participar con su ejemplo. Que definan con claridad hacia donde vamos como país.
Que no se pasen la vida culpando a otros de lo que no son capaces de resolver.
Tenemos muchas preguntas sin aclarar, también tenemos muchas preocupaciones.
¿Cuales son sus planes para resolver los problemas que nos aflige como
personas y como familia?
¿Como pretenden resolver los problemas graves que sufrimos como el deterioro de la salud, la educación, la economía y la seguridad?
¿Como resolveremos la inseguridad que cada día es mas grave y sobre todo, la falta de ingresos para vivir con decoro?
No sabemos que pretenden mas allá de querer el poder, para que lo quieren. Nos importa la salud del planeta, pero, sobre todo, nos importa el futuro de nuestros hijos. ¿Cómo van a vivir su juventud?
¿A que le tiran los niños y jóvenes de nuestra comunidad?
¿De que manera podemos participar y contribuir desde nuestro espacio ciudadano?
¿No hay cabida ni atención para un ciudadano común y corriente?
Queremos participar en la solución de los problemas, que también son nuestros problemas.
–La forma de hacer política debe cambiar.
La manera de participar de los ciudadanos en sociedad también debe cambiar.
Los intereses de la sociedad podrían ser el centro neurálgico de atención de la política y de los políticos.
Los ciudadanos tenemos derechos, pero también deberes que cumplir.
Necesitamos escucharnos, comprendernos, orientar nuestra participación a la solución de problemas. Canalizar nuestros esfuerzos para lograr mayores niveles de bienestar. Definir objetivos comunes, darle un gran sentido y valor a la participación ciudadana, con ideas y colaboración.
—Compartir estas expresiones ciudadanas es orientador para comprender muy bien que los ciudadanos requieren cambiar de ubicación, pasar del punto de observación pasiva, al centro de decisión activa.
Darnos a la tarea de cultivar una nueva ciudadanía, exigente no conformista, activista no pasiva, que sea cause de las buenas políticas públicas y contención de las que perjudican. Ciertamente es misión de todos contribuir desde lo personal a lo social por una mejor ciudadanía, corresponsable, comprometida, saludable y activa, que tome con determinación las riendas de nuestro destino común. Si queremos resultados distintos, todos necesitamos cambiar.
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