‘Con una cachetada tengo’

Cuando el senador priista Carlos Romero Deschamps se enteró que su sindicato ya no estará en el consejo de Pemex porque así lo exigieron los panistas abandonó el Senado de la Republica muy enojado. 

Con todo y enojo, parece imposible que Carlos Romero intente oponerse a lo acordado entre el gobierno y el PAN, sobre todo después de haber visto lo que le pasó a la maestra Elba Esther Gordillo. 

Si al gobierno no le importa que desaparezca Pemex, eso quiere decir que mucho menos le importa que desaparezca el sindicato. 

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Cuando el senador priista Carlos Romero Deschamps se enteró que su sindicato ya no estará en el consejo de Pemex porque así lo exigieron los panistas abandonó el Senado de la Republica muy enojado. 

Con todo y enojo, parece imposible que Carlos Romero intente oponerse a lo acordado entre el gobierno y el PAN, sobre todo después de haber visto lo que le pasó a la maestra Elba Esther Gordillo. 

Si al gobierno no le importa que desaparezca Pemex, eso quiere decir que mucho menos le importa que desaparezca el sindicato. 

Y por lo visto, a Carlos Romero y a los trabajadores de la paraestatal tampoco. 

Batalla perdida

Desde que empezó hablarse de la reforma energética Andrés Manuel López Obrador llegó a la conclusión que lo que único que podría contenerla sería la oposición de la gente en las calles.

Sin embargo dada la baja respuesta popular de la protesta, hoy se podría concluir que la batalla está irremediablemente perdida.

Y es que aunque pudieran ser más los que están en contra de la reforma que los que están a favor, en los hechos no se nota. 

Probablemente son más los usuarios del Metro los que están dispuestos a protestar por el 60 por ciento de aumento en la tarifa.

Y así… menos

Como si las huestes partidistas de Morena no estuvieran de por sí muy diezmadas por la obligada ausencia de Andrés Manuel López Obrador, ayer Martí Batres se dio el lujo de dejar plantados a los líderes del PRD.

Muchos de ellos –como Alejandro Sanchez– estaban dispuestos a hacer un frente común con Morena en el simbólico cerco.

Y eso no es todo, todo parece indicar que cada liderazgo jala para su lado. 

Jesus Ortega, por ejemplo, sigue asistiendo a las reuniones del Pacto, mientras que Chucho Zambrano se propone participar en el maratón de 75 horas caminando.  

Por otra parte, la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas en el Senado, no le quitó el sueño a nadie.

Sin embargo eso no significa necesariamente que en México no vaya a pasar nada por las reformas. 

Así estábamos en el 1993 cuando se creía que el TLC sería la panacea del desarrollo económico de México y para el liberalismo social.  

En un año, el optimismo cambió radicalmente. En dos, la economía ya era un desastre. 

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