¿Cómo llegó el Prime Rib a Monterrey?

Seguramente esta historia será familiar para muchos. El padre de Julio Villarreal, fallece cuando él se gradúa, en ese momento trabajaba con maquinaria diesel, pero ya con la inquietud de entrar al ambiente restaurantero.

Su hermano  Rogelio, le llevaba 20 años y tenía un centro nocturno en el DF que se llamaba “El señorial”, donde trabajaban Sergio Corona, El Pirulí, entre otros.

Se le acercan unas personas y le proponen abrir un restaurante en una casa tipo inglesa en la zona de Alta Vista.

La casa le encantó, así como la ubicación y decide entrar al negocio.  Uno de los socios era el hermano de la esposa del presidente en ese momento, José López Portillo.

Le habla a Julio a Monterrey y le ofrece trabajar con él para que aprenda del negocio, y ya luego regresar a esta ciudad a abrir su propio restaurante.

En 1977, Julio Villarreal va al DF.  La idea de Rogelio Villarreal, fue poner los productos más caros de los restaurantes de moda de ese entonces, 50 por ciento más caros en este restaurante, es decir si un whisky costaba 50 pesos, en este lugar costaría 100 pesos.  Si el filete costaba 300 pesos, ahí costaría 600 pesos.

Llegan a Los Ángeles a ver equipo y van a un restaurante  que les recomendaron en el hotel, se llamaba “Lawry’s”.

Ahí solo vendían Prime Rib, una ensalada y postres, les fascinó.  Y deciden que este debe de ser la especialidad del restaurante que van a abrir.

Julio va a Dallas y compra un horno para Prime Rib. Regresa a Los Ángeles y habla con unos de los cortadores de Prime Rib, que allá les llaman carriers y le pide que vaya un mes al DF para que les enseñe a preparar y cortar el Prime Rib, a la vista del cliente.  Este va en un carrito en el comedor.

Llega el carrier al DF y ve el horno y dice que ese horno no es el que usan para Prime Rib….

Julio le dice que ya lo habían comprado y que había que leer el instructivo y ¡ver cómo salía la carne!

Meten la pieza a cocer y cuando sale, el carrier indica que ¡está espectacular!  El horno funcionó mejor que el de Los Ángeles.

El restaurante se llamó “Kings Road”, fue un éxito, iba María Félix, Cantinflas, la esposa del presidente todos los viernes, Ricardo Rocha de Televisa, López-Dóriga, Jacobo Zabludovsky, todo el gabinete, la gente más reconocida de México de ese entonces.  Una experiencia fabulosa para Julio.

A los tres años regresa a Monterrey y busca una casa parecida al local del “Kings Road”, y da con la casa donde el 5 de diciembre de 1979 abre el “Residence”,  y ponen como especialidad el Prime Rib, teniendo éxito rotundo en la ciudad. En ese entonces, estaban “El Tío”, “El Lousiana” y los hoteles.

En el año 1982 llega la devaluación, la carne venía de Chicago, el precio del dólar se fue al cielo y aunado a que la pieza debe venderse en 24 horas una vez que está lista, empieza la crisis.

Luego a finales de los 80 ya existían varios restaurantes en la colonia del Valle, como “El Granero”. A mediodía iba gente al “Residence”, porque allá estaban las oficinas, pero en la noche ya no regresaban al centro de la ciudad.

En 1988 Julio Villarreal decide abrir desayunos, y comenta que fue el peor error que pudo haber cometido, se llenaba el restaurante por las mañanas y la gente ya no regresaba a comer y menos a cenar.

Y ahí se le ocurre empezar con los salones de eventos, y esto se convierte en un éxito total.  Por este motivo el restaurante se fue reduciendo.

Pero a la familia de Julio Villarreal siempre le quedó la espinita de volver a abrir un restaurante con la especialidad del Prime Rib.  Y más con la insistencia de la clientela que extrañaba este platillo.

En enero de este año salió la oportunidad de adquirir el restaurante “La industria”.  Cierran el local un mes y medio para remodelarlo y cambiar 100 por ciento el menú.  Lógicamente poniendo al Prime Rib como la especialidad del lugar.

Al frente del negocio podremos ver a Julio Villarreal hijo.  La respuesta de la clientela ha sido fenomenal, el producto es espectacular, carne rosa, pero no sangrante, muy suave, tanto que se puede partir con el tenedor.

Realmente es un privilegio poder contar con este producto nuevamente en nuestra cuidad, no se pierdan la oportunidad de probarlo.