Comic-Con y la cultura de la especulación

Santiago Guerra Santiago Guerra Publicado el
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Los tiempos vaya que han cambiado.

George R.R. Martin, escritor de la aclamada saga de libros Canción de Hielo y Fuego, de la cual surgió la inspiración de la popular serie de HBO, Game of Thrones, lo tiene muy presente. Al referirse a la opinión negativa del final de la adaptación televisiva de sus libros, el cual se dio sin que él haya terminado sus novelas, señaló lo siguiente: “El internet afecta todo de una forma que nunca antes había pasado”. Él comenta que un autor puede verse tentado a cambiar su historia solo porque un fanático armó el rompecabezas, y esa teoría fue sostenida por cientos de fanáticos en internet. Pero un escritor debe ver como primicia la historia y los personajes, así como el tema evocado en su universo literario.

Llega la Comic-Con, como cada año. San Diego, la sede. Julio, la fecha. Se espera, una cantidad absurda de seguidores. Comenzó como un espacio para los creadores de historietas y el público, apasionado por llevar su amor a otro nivel. Sin embargo, gracias al avance de la tecnología y el mundo del entretenimiento, el cine y la televisión, aparte de millones de fanáticos fuera de las paredes de este recinto, han acaparado poco a poco el evento. De hecho, la pantalla chica tomó las riendas en esta ocasión: las más grandes noticias fueron los avances de series por venir (“The Witcher” de Netflix, “Watchmen” y “His Dark Materials” de HBO), así como los gigantescos planes de Marvel para su fase 4, con películas de elencos sorprendentes y series de televisión con presupuestos y calidad cinematográfica para varios de sus personajes. Incluso tuvo lugar especial el tibio panel de despedida de la última temporada de la ya mencionada “Game of Thrones”.

Pero lo que antes era un espacio de comunidad entre fanáticos y creadores se ha convertido además en un evento de mercadotecnia sin precedentes para los gigantes del entretenimiento. Una especie de pasarela para aumentar el consumo, así como satisfacer el apetito del mundo con ganas de más acción en sus televisores y en los complejos cinematográficos.

Antes, la idea del periodismo cinematográfico parecía innecesaria, o de poco interés para el público general. Mas el internet ha sido solidario compañero del debate, la especulación y la cultura de la inmediatez. Los recursos para crear contenido son cada vez menos necesarios, los intermediarios se han ido reduciendo, la información es cada vez más fácil de obtener.

Asimismo, el periodismo de entretenimiento se ha nutrido con creces gracias a las plataformas digitales. Eventos como Comic-Con, las redes sociales y las campañas masivas de publicidad han generado la cultura de la especulación. El culto a las piezas de entretenimiento, por así decirlo.

Cada vez se ha vuelto más común abrir un portal de internet especializado en temas de entretenimiento, porque se produce más y más contenido, no solo la crítica o reseña cuando la cinta o serie ya está a la vista. Sobre él, se genera una cantidad exhorbitante de notas, artículos, análisis, entre otros aspectos: el comentar avances, los trailers de los mismos, la especulación sobre el elenco que formará parte, declaraciones de los realizadores…en la era digital, cualquier tipo de material puede convertirse en una nota de interés para el público. Además, ha animado a otras personas, desde la comodidad de su hogar, de nutrir la red de fanatismo con su propio blog.

George R.R. Martín tiene un poco de razón: la forma enfermiza como consumimos las historias puede dañar al producto final, sobre todo entre tanto análisis, teorías y formas como creemos que será más emocionante la historia. Lleva, inevitablemente, a la decepción. Mientras los creadores mantengan la cabeza fría, además de todos, como público, nublar nuestras expectativas, no hay de qué preocuparse.

Pero también existe esa parte colectiva de la emoción por la fantasía, los sueños y el compartir nuestra pasión por el mundo del entretenimiento.

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