El coctel perfecto para el fracaso o para un mal negocio no existe. Así como tampoco existe una fórmula que te garantice el éxito.
¿Qué sería de aquellos emprendedores que hoy dominan el mercado, pero que iniciaron con una idea por la que nadie apostaría? Desde afuera se ve muy sencillo comenzar con un negocio; sin embargo, tampoco lo es tanto. Es necesario levantarse cada día y poner mucho empeño.
Mientras se trate de algo lícito y que no esté en contra de tus valores o tus principios, tú tienes que animarte: el universo de los negocios es muy extenso.
No hay ningún logro perfecto. Tú puedes aventarte y sacar tu libro y puede ser el peor fracaso en el mundo editorial, pero, recuerda, “el que persevera alcanza”. Luego, sacas el segundo y tal vez es otro fracaso, igual y el tercero medio pega… y, de repente, el primero que sacaste ya está pegando.
Así es con el emprendimiento, no existe una fórmula para el éxito, pero tampoco para el fracaso. Hay veces que nos encontramos con un negocio muy bien ubicado y con las condiciones que parecen a favor, y, sencillamente, no le va bien.
Hay que tener mucho cuidado con las fórmulas mágicas que te ofrecen hacer grandes negocios con poco esfuerzo. Eso es algo que he visto con mucha de la gente que te quiere vender humo. La única fórmula que realmente funciona es no rendirse.
Poco a poco, la pandemia de COVID-19 comienza a dejar de ser parte del viento en contra que tienen los negocios. En la “Encuesta sobre el Impacto Generado por COVID-19 en las Empresas” (ECOVID-IE segunda edición), de 2020, la estimación indica que de 1.8 millones de empresas en el país, 86.6 por ciento reportaron haber tenido alguna afectación a causa de la pandemia, es decir, 1.6 millones de empresas.
Estas afectaciones son, principalmente, la falta de clientes ante el encierro. Sin embargo, lo importante es que en la segunda edición de este sondeo disminuye, casi siete puntos porcentuales, con respecto a la primera edición en que se indicaba que 93.2 por ciento de las empresas reportaron haber tenido alguna afectación.
El mal tiempo va pasando y las empresas que lograron sortear este proceso ahora tienen muchas más condiciones para salir adelante, porque son perseverantes.
Podría decir que la única fórmula en el mundo de los negocios es la persistencia, es seguir avanzando, hacer las cosas con pasión, hacer las cosas con amor y todo, todo, caerá en su momento.
También creo que los tiempos de Dios son perfectos y hay veces en las que tú puedes salir y empezar algún proyecto. Si fracasas, es porque no era el tiempo, no era el proyecto, no era el momento, pero tienes que seguir.
En eso radica la diferencia, en seguir, y nada más. Recuerda que los fracasos son aprendizajes, porque si los tomas como sucesos adversos te vas a derrotar; pero si los tomas como lecciones, puedes seguir avanzando y entendiendo qué no funcionó y hacer cosas nuevas. Al fnal, “lo que no te mata, te fortalece”. Eso es importante tenerlo en cuenta en el mundo de los negocios.
El fracaso es necesario porque es la forma en que te reinventas y te sales de tu zona de confort. Cualquier empresario exitoso, necesariamente conoce los fracasos, y justo después de conocerlos es que se hicieron fuertes.