Clubhouse y el vasito rojo
Ya hace unos días hablé en mi blog sobre qué es Clubhouse y de algunos detalles al respecto; sin embargo, ya después de algunos días de uso puedo decirte que me voló la cabeza. ¿Por qué? Bueno, porque si con Twitter o Facebook hablábamos de una retroalimentación rápida, aquí estamos hablando de que es inmediata […]
Sergio Iván GonzálezYa hace unos días hablé en mi blog sobre qué es Clubhouse y de algunos detalles al respecto; sin embargo, ya después de algunos días de uso puedo decirte que me voló la cabeza. ¿Por qué? Bueno, porque si con Twitter o Facebook hablábamos de una retroalimentación rápida, aquí estamos hablando de que es inmediata y, además, participativa.
Si aún no te ha quedado claro qué es Clubhouse, imagina que estás en una fiesta en donde hay varios grupos de amigos. Tú, cargado con tu vasito rojo, vas recorriendo cada uno de esos grupos y te acercas para escuchar de qué están hablando. Los primeros de política, los segundos del medio tiempo del Superbowl, otros comparten sus anécdotas del confinamiento y algunos más de lo aburrido de la fiesta. Así, básicamente, es el modus operandi de Clubhouse.
A diferencia de otras redes sociales, Clubhouse utiliza tu voz como protagonista. De esta suerte, tú entras a salas donde la gente habla de diferentes temas, sin embargo, tú eliges si sólo serás un escucha. Así, si algo te llama la atención, puedes levantar la mano y un moderador podría (o no) darte la palabra para que des tu opinión.
Las redes sociales tienen este dejo democrático; sin embargo, Clubhouse va más allá. Las salas pueden admitir a un máximo de 5 mil personas, entre las cuales puedes encontrarte a colegas o compartir el micrófono con personalidades de la talla de Elon Musk, Lindsay Lohan o Arturo Elías Ayub.
De hecho, hace unos días estuve en una sala donde el mismo Arturo Elías Ayub compartía sus experiencias en Clubhouse y respondía preguntas de la gente. Esto pese a que él mismo decía que estaba ahí para escuchar más que para ser escuchado.
Si bien las posibilidades temáticas son infinitas, hay temas que se repiten sin importar el idioma: las posibilidades de Clubhouse, sus retos y, sobre todo, una preocupación constante: qué es lo que pasará cuando se vuelva masiva.
Ahhh, cierto, olvidé decirte algo. Al momento sólo puedes entrar con una invitación, a la cual accedes si algún usuario de Clubhouse te la envía mediante un SMS. Pero cuidado que hay una restricción más. Al momento (sólo al momento) Clubhouse únicamente corre en iOS.
Según sus creadores, esta plataforma está hecha para una interacción entre personas; sin embargo, la creatividad es el límite. La gran pregunta: ¿Qué pasará cuando una persona represente a una marca? ¿Será algo inadmisible o algo a lo que tendremos que irnos haciendo a la idea?
Seguramente hay muchas dudas que incluso deben quitarles el sueño a los creadores de Clubhouse.