Claudicar

A la precandidata de la continuidad no le agrada la división de Poderes ni los contrapesos
Josefina Vázquez Mota Josefina Vázquez Mota Publicado el
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Darle paso a la continuidad de este mal gobierno es claudicar. Es querer ver una transformación que nunca existió, es conformarse con la mediocridad, el resentimiento, la venganza, la polarización y el odio.

La continuidad de este gobierno nos ofrece claudicar a nuestros derechos, libertades, sueños, a nuestras metas, a nuestros deseos, a un gobierno demócrata y aspiracionista. Este mal gobierno nos ha dicho que aspirar es un error, cuando no lo es, y tan no lo es, que el presidente aspiró a la Presidencia por 18 años.

La continuidad de este gobierno es claudicar a un México mejor, más limpio, sin corrupción, sin opacidad, con rendición de cuentas, con transparencia, con autonomía, con seguridad, con legalidad, con Estado de derecho y con justicia.

Quien representa la continuidad de este mal gobierno quiere que claudiquemos a que las y los ciudadanos tengamos mejores trabajos, salarios; a que los empresarios inviertan en el país; a que la clase media sea más grande y fuerte, a que vivamos con solvencia económica y no a expensas de ayuda gubernamental.

La continuidad no quiere a la clase media a pesar de ser trabajadora; la desprecia por aspirar a crecer, por soñar en grande, por buscar un futuro mejor, por ser valiente y luchar por una vida digna. 

La precandidata de la continuidad quiere que claudiquemos en tener educación de calidad; un sistema educativo eficiente, eficaz y pedagógico; quiere que claudiquemos en contar con un sistema de salud universal, gratuito y de calidad, en el que hayan medicinas, doctores, hospitales, en el que nuestro derecho a la vida esté garantizado.

La precandidata de la continuidad quiere que claudiquemos a exigir una efectiva estrategia de seguridad, en en la que no se acuse a la víctimas y se abrace a los delincuentes; en la que se apoye a las víctimas más no se les revictimice, en el que sus familias sean escuchadas.

La precandidata de la continuidad quiere que claudiquemos a la verdad, quiere seguir sosteniendo que México está mejor que nunca, como lo afirma su jefe de campaña, el presidente. A ella no le gusta la verdad, ni la transparencia, es partidaria de sostener mentiras, mundos irreales.

A la precandidata de la continuidad le molesta la libertad de expresión, solo le simpatizan los medios de comunicación que hablan bien de ella y del presidente, quiere que claudiquemos en nuestro derecho a estar informados.

A la precandidata de la continuidad no le agrada la división de Poderes ni los contrapesos, y por eso quiere que claudiquemos en defender al Instituto Nacional Electoral, al Instituto Nacional de Transparencia, y a la Suprema Corte de Justicia, porque quiere tener el control absoluto como su mentor.

Como bien lo dijo Xóchitl Gálvez, “Claudia es claudicar. Claudicar significa rendirse, doblarse, agacharse, obedecer, conformarse. México no puede claudicar. México quiere luchar, luchar por la vida, luchar por la verdad, luchar por la libertad. Aquí se los repito, las opciones solo son dos: claudicar o luchar”.  

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