Claudia Sheinbaum y los desafíos del sistema de salud
Así está nuestro sistema de salud: necesitamos cambiar muchas cosas viejas para tener un servicio de salud moderno y eficaz
Dr. Juan Manuel Lira RomeroDespués de este gran triunfo en las urnas, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo enfrentará como futura presidenta de México, retos significativos para avanzar en el “segundo piso” de la transformación del sistema de salud.
Ante estos retos y después de unas campañas electorales marcadas por la polarización, es necesario poner sobre la mesa los problemas medulares del “actual desafío sanitario”.
Antonio Gramsci, filósofo italiano, en su obra Cuadernos desde la cárcel escribió: “La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer; en este interregno (espacio de tiempo en que un Estado no tiene soberano) se verifican los fenómenos morbosos más variados.” Esta frase es pertinente para el sistema de salud mexicano, en el que las viejas estructuras e ineficiencias persisten mientras las nuevas políticas aún no logran establecerse completamente.
Esto significa que, a veces, las viejas formas de hacer las actividades ya no funcionan, pero las nuevas aún no están listas o si lo están, como sostiene Michel Foucault (filósofo e historiador francés) se enfrentan a un terreno en “Donde hay poder y hay resistencia”.
Imagine un teléfono antiguo que solo sirve para hacer llamadas de audio, pero no para enviar mensajes ni hacer videollamadas, y que aún no tenemos uno nuevo, o si lo tenemos el proveedor del servicio (el dueño del poder) se interpone para que no tengamos acceso a los servicios de internet.
Así está nuestro sistema de salud: necesitamos cambiar muchas cosas viejas para tener un servicio de salud moderno y eficaz.
En el interregno de la salud de la actual administración, la Secretaría de Salud federal sufrió un deterioro en su autoridad rectora ante actores políticos que entendieron a la salud pública como un asunto más político que holístico.
Por lo anterior, Claudia Sheinbaum Pardo debe considerar lo que señala Gramsci: “La indiferencia es el peso muerto de la historia”. No se puede ser indiferente al momento que viven las instituciones que conforman el sistema de salud (IMSS, ISSSTE, Institutos Nacionales, IMSS-Bienestar, Pemex, Secretarías de Salud estatales, entre otras). No solo basta con decir que se van a apoyar, es necesario realmente un cambio de fondo que permita avanzar en la construcción de un nuevo régimen sanitario que vele por la salud de todos los mexicanos.
En la administración 2024-2030, la Secretaría de Salud debe recuperar su poder de institución rectora, con el soporte operativo del Servicio Nacional de Salud Pública, y trazar la ruta para lograr un sector unificado en la prestación de servicios médicos, mediante la optimización del flujo de pacientes y los recursos disponibles en el sector. Así como sentar las bases para una transformación operativa y organizacional que conduzca a que la atención médica sea más equitativa eficaz y eficiente, independientemente de la afiliación de las personas.
Esta transformación y unificación puede lograrse con los Centros Coordinadores de Salud para el Bienestar, los cuales permitirán identificar puntualmente además de la demanda de servicios, los faltantes que causan los desequilibrios entre las necesidades y capacidades del sistema de salud y que ocasionan las largas listas de espera para una consulta de especialidad, un estudio de laboratorio, o una cirugía, y de esta manera poner a las personas y a la comunidad como el eje de la atención preventiva-curativa, que permita lograr una atención médica más accesible y de mejor calidad para toda la población.
“El poder no es una institución, ni una estructura; es el nombre que se le da a una situación estratégica compleja en una sociedad determinada” (Michel Foucault). Si se logra entender esta poderosa frase, avanzaremos en la construcción del segundo piso de la transformación del sistema de salud en México.
La doctora Sheinbaum deberá navegar por las complejas estructuras de poder dentro del sistema de salud, que incluyen intereses políticos, de grupo y corporativos. Con su liderazgo sabrá identificar a estos grupos y tomar la mejor decisión para implementar cambios que desafíen el status quo y promuevan el bienestar general de la población.