Claudia Sheinbaum: capacidad, continuidad y compromiso
La importancia de la llegada de una mujer como Claudia Sheinbaum a la presidencia, no sería sólo para cumplir una cuota de género
Mtra. Gabriela Jiménez GodoyEn 35 días Claudia Sheinbaum ha visitado 53 ciudades de las 32 entidades. En sus 100 eventos, ha transmitido la transcendencia de las políticas sociales del presidente Andrés Manuel López Obrador y la importancia de cerrar filas frente a la manipulación de la información y los ataques de la oposición.
También se ha detenido a escuchar las inquietudes de distintos sectores de la población. Claudia sabe que la buena política no es de élites. Sabe que el pueblo deposita su confianza y esperanza en un proyecto y se le debe responder sin margen para fallar. Que es indispensable escuchar y sentir al pueblo.
Recientemente narró una anécdota de su visita a Valles Centrales Oaxaca, de cómo un compañero indígena se le acercó antes de iniciar una asamblea y le dijo: “coincido contigo Claudia, ya es tiempo de mujeres”. ¿Pero que significa que se pronuncien estas palabras en una región tan remota? Significa que la noción de justicia social, igualdad y reconocimiento de capacidades de las mujeres está permeando en todos los rincones del país.
La importancia de la llegada de una mujer como Claudia Sheinbaum a la presidencia, no sería sólo para cumplir una cuota de género, significará la caída de estereotipos y sesgos que rodean a la mujer en la política, así como el reconocimiento de sus cualidades como persona y como profesionista.
La ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México ha demostrado que es honesta, capaz, que tiene trayectoria impecable y que aún cuando va a la cabeza en las encuestas, mantiene los pies en el piso y se aferra a los principios del movimiento que ayudó a crecer. Se le ha visto viajar de manera austera, llegar a aeropuertos solitarios, caminar de la mano de su pareja, regresar a casa a cargar a su nieto recién nacido y mostrar firmeza en entrevistas claramente diseñadas para golpearla. Todas sus acciones son observadas con lupa por detractores, sacadas de proporción y de contexto por algunos medios de comunicación y difundidas por tuiteros conservadores.
Claudia se mantiene firme y digna, porque la mueven ideales de justicia y mejores condiciones de vida para todos y todas. Sabe en dónde concentrar sus esfuerzos: compartiendo con mujeres maquiladoras, aprendiendo de las artesanas, echando “cascarita” con las juventudes, reconociendo y agradeciendo a quienes la esperan bajo la lluvia.
La Dra. Sheinbaum no pretende ser alguien que no es, no busca la validación de las élites o de la opinocracia tuitera, ni necesita hacer malabares para subir en las encuestas.
Ella sabe que la consolidación de la 4T se logrará haciendo territorio; sabe que el neoliberalismo dejó gran devastación, que aún hay brechas y heridas sociales por cerrar y que la esperanza es el humanismo mexicano. Por eso, hoy, es tiempo de Claudia.