México ha resentido negativamente el impacto de las decisiones y acciones que pone en práctica de manera casi unipersonal el gobierno de la cuarta transformación, por la falta de respeto y diálogo del gobierno con la sociedad en su conjunto, lo que ha perjudicado y agrietado la unidad nacional tan indispensable en cualquier proceso de transformación saludable, alejando la posibilidad de la cooperación y fraternidad entre los ciudadanos de esta gran nación.
El pasado fin de año se cruzó la mitad del periodo constitucional del régimen y los resultados alcanzados a la fecha contra las propuestas originales de campaña en 2018 son tristemente lamentables.
Hasta cuando los ciudadanos dejaremos atrás el rol de espectadores pasivos de todo cuanto ocurre en el país a pesar de ser los primeros afectados por las decisiones que se toman, aunado a la inaceptable forma en que se anuncian los resultados acompañados de una impresionante cantidad de mentiras, errores e impresiones, para asumir con responsabilidad y carácter, el papel protagónico de contrapeso inhibidor y reguladores de las acciones del gobierno que se considera son perjudiciales para la seguridad y el bienestar de los mexicanos.
Para que tantas autoalabanzas a todas luces desmesuradas, peor aún ante pobres resultados, para que tanta prisa en quitar y levantar monumentos para la veneración del mismo que la promueve, olvidando que de tanto incienso hasta los santos se tiznan.
Para que tanta exclusión cuando lo que se requiere es de inclusión. Para que tanto autoritarismo cuando lo que se necesita es entendimiento y cooperación.
El líder autoritario en su incapacidad para dialogar, impone su autoridad con múltiples recursos opresivos, negado al consenso, opta pasar, por encima de la sociedad, violando derechos, pisando dignidades y agravando las dificultades.
Los resultados generales saltan a la vista. A la fecha resaltan más daños que beneficios lo que debería poner en alerta al gobierno para corregir el rumbo. Escaparse de ser víctima de su propio ego e intolerancia. Evitar que ocurra el mal mayor, aumento el numero de pobres, mayor inseguridad, negocios en quiebra, mas muertos y abandono de millones de familias por negligencia en la gestión de la pandemia y de la salud pública en general, educación nacional en picada como la economía nacional y el adelgazamiento de la clase media, hechos irrefutables todos ellos, en medio de una enorme desconfianza acerca de un mejor porvenir para todos los mexicanos.
«Ciudadanos del 2022, manos a la obra» pretende hacer un llamado general para despertar conciencia activa acerca de lo que sucede en nuestro entorno y asumir con responsabilidad el deber de contribuir a mejorar sus condiciones a partir de la comprensión de que lo colectivo nos atañe y deberá estar bajo nuestra responsabilidad.
En lo colectivo nuestra individualidad se expande y regresa a la vez, como el vaivén de las olas que al mismo tiempo son gotas y océano, por lo tanto, no es ajeno a nosotros.
La sociedad es el mar en el que coexistimos, tenemos el mismo origen y destino, reconociendo que la poderosa fuerza de esta inmensidad, somos las gotas individuales y que nos expresamos a través de los movimientos sociales que producen las verdaderas olas de la renovación social. Sin estos movimientos la sociedad se seca.
Es importante comprender que los movimientos sociales se constituyen por grupos de ciudadanos organizados en torno a la defensa y promoción de una causa común. Comparten identidad, ideales, trabajan activamente en la construcción de un mejor futuro mediante la promoción del cambio de reglas, de las propias actitudes personales y compromisos de los ciudadanos, para tomar en conjunto, decisiones efectivas que beneficien a la sociedad de manera integral.
El activismo social deberá neutralizar en el gobierno lo que no se esta haciendo bien, que provoca retroceso, estancamiento, peligro y perpetuación de lo que perjudica a la sociedad.
Aquí es donde surgen los movimientos de resistencia a los cambios que alteran y dañan la vida de los ciudadanos.
Vale considerar que la sociedad organizada es impulsada por la dignidad de los ciudadanos, la solidaridad colectiva, la que se moviliza a través de la formación de redes de interacción, para el abordaje de los conflictos identificados.
De esta manera la lucha ciudadana se confronta con el poder, saliendo a la calle y usando las nuevas herramientas tecnológicas, con las que deberá persistir hasta lograr sus propósitos.
La consigna para este 2022 es impulsar el activismo social, dar paso a la formación de organizaciones sociales con propósitos específicos, trabajar constantemente, con firmeza en la búsqueda implacable de los mejores resultados, sumando cada día un mayor numero de ciudadanos consientes y activos en favor de las causas que se abanderan, movilizan, comunican, para convencer, gritar, proponer, gestionar, hasta vencer.
Seguramente lo mas conveniente para el gobierno sería escuchar propuestas y opiniones de los ciudadanos, comprender el estado emocional de la sociedad, corregir lo que sea necesario, en lugar de ignorar los males que se derivan de sus decisiones, aprovechando el verdadero potencial de nuestros jóvenes mexicanos ávidos de oportunidades y certezas.
De tomar en cuenta lo anterior el actual régimen, podrá aprovechar la oportunidad de entregar mejores resultados reconocidos por la ciudadanía, alejados de vivir con la simulación y el engaño, mostrando fracasos maquillados de éxito junto a la promoción anticipada de monumentos, aún cuando ni siquiera termina la carrera.
Me parece importante comprender cabalmente que de nada sirve llorar los fracasos antecedidos de indolencia, para que buscar inútilmente entre dioses y extraños a los responsables de todo lo mal que sucede en nuestras vidas, ignorando que somos parte de las causas que los producen.
Ciudadanos en movimiento, manos a la obra.