Hoy se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, y hoy cientos de mujeres habrán perdido la vida por esta causa. Por eso es indispensable crear conciencia de la importancia que tiene checarnos.
Es una realidad que cuando cuidamos nuestro cuerpo y cuando lo escuchamos, podemos prevenir o atender a tiempo enfermedades como el cáncer, ese mal que no distingue de sexo, religión, nivel económico, color de piel, ni edad.
He conocido a muchas mujeres que hoy son sobrevivientes del cáncer de mama, otras más están en la batalla, y unas más, por desgracia, perdieron la vida. Todas coinciden en que el cáncer llega sin avisar, pero lo cierto es que da señales.
En México, en 2020, el cáncer de mama fue la enfermedad más frecuente y la primera causa de muerte en mujeres, con un estimado de 29 mil 929 nuevos casos, y 7 mil 931 muertes.
Las tasas de mortalidad más altas se encuentran en Nuevo León, Quintana Roo, Tamaulipas y Durango.
No se trata solo de cifras, sino de hacer conciencia, de cuidarnos, de checarnos cada mes, de hacernos la mastografía cada año quienes tenemos más de 40 años, de alimentarnos sanamente y de hacer deporte.
En nuestras manos está evitar la pérdida de vida, porque una vez que lo detectamos a tiempo, podremos realizar el tratamiento adecuado. Perder uno de nuestros senos o los dos, no debe detenernos, hoy las cirugías de reconstrucción ya son una realidad.
Es verdad que con la desaparición del Seguro Popular y con el inoperante Insabi, miles de mujeres en México han padecido la falta de medicamentos y de una atención integral. Y cuando hablamos de cáncer, la disponibilidad y continuidad de un tratamiento es indispensable.
Hoy como nunca hagamos conciencia de atendernos oportunamente cuando de cáncer de mama se trata, más vale perder unos minutos de nuestro tiempo en revisarnos, que meses y años de padecimiento. Nuestra vida está en nuestras manos.
Mi reconocimiento a las mujeres que hoy se enfrentan al cáncer de mama, decirles que no están solas, que habemos muchas dispuestas a acompañarlas. La sororidad entre mujeres no solo es cuando una de nosotras es violentada, también es cuando una de nosotras nos necesita ante una adversidad. ¡Chequémosnos!, en nuestra vida.