César y Santiago vencieron a la zona de confort

La zona de confort es más peligrosa que el “Triángulo de las Bermudas”. Pensar en quedarse en donde uno se siente bien, sin dificultades puede ser tentador. No lo es.

Por el contrario, es meterse -sin percatarse en el proceso- en una red de la cual es muy difícil salir y, cuando te das cuenta de ello, desenredarse es una tarea titánica. Se los dice un servidor que pasó por ese proceso.

En estos momentos México exporta dos jugadores a España, en diferentes condiciones y ligas. Ambos jóvenes y de posiciones similares: central y lateral.

Entendieron que habían alcanzado un tope y era el momento ideal para buscar nuevos retos.

Y, vaya, si no lo hacían, se iban a quedar en una zona de confort cómoda. Veamos el porqué.

César Montes cumplió el objetivo de salir del Monterrey y jugar en el ‘Viejo Continente’. Firmó un generoso contrato con el Espanyol de Barcelona y Rayados, por su parte, recibirá ocho millones de dólares. Nada mal.

Pero Montes tendrá que sacrificar. De entrada, con los del Cerro de la Silla era titular confiable y hasta capitán. El sueldo, nada despreciable. La familia estaba totalmente adaptada al estilo de vida regiomontano y el club era de los más queridos por ser canterano. En España no será titular de inmediato, ni pensar en una capitanía.

Había una diferencia. César Jasib se había dado cuenta que la zona de confort lo estaba sofocando. Por ello había aceptado partir a Rusia hace meses, aún y cuando las condiciones no eran las mejores. Pero quería hacerlo. La razón: había alcanzado un tope en México y en el mismo Monterrey. Ya no iba a dar más.

Por eso luchó por “desenredarse” y, un semestre después, encontró la vía para hacerlo. Sí, los “Periquitos” -como es conocido su nuevo club- no son de mucha prosapia y hoy luchan más por su permanencia que por la gloria; sin embargo, está claro que serán ese desafío que Montes quería y necesitaba en su ya prolífica carrera.

El otro caso es el de Santiago Román, jugador en la Liga de Expansión. “Santi” partió el pasado domingo a Asturias, España para enrolarse con el Real Oviedo que milita en la segunda categoría del balompié ibérico.

Román jugó el pasado semestre con el Venados FC Yucatán en calidad de préstamo (la carta es del FC Puebla). Con el Ciervo no batalló para adaptarse y se volvió un titular indiscutible en la lateral derecha al grado de disputar 17 juegos, 15 como titular, además de labrar dos goles.

Pero Santiago también tenía sueños europeos. Hace tiempo estuvo a prueba con un club del Viejo Continente y el Real Betis le “echó el ojo” cuando éste jugó en las inferiores de “La Franja” aprovechando también que cuenta con pasaporte comunitario.

Aunque el Puebla es quien lo exporta, la realidad es que la regularidad que tuvo con los Astados fue clave para que el Oviedo lo acepte como refuerzo en calidad de cedido, pero con opción a compra. Bien “Santi” pudo decir que no. Porque en Mérida estaba cómodo y era de los consentidos de la afición.

Sin embargo, la ambición y los deseos de no caer en la tétrica zona de confort le ayudaron a aceptar el ofrecimiento y probar suerte lejos de casa.

Éxito tanto a Montes como a Román en sus respectivas aventuras en España. Condiciones tienen para triunfar y, lo más importante, una ambición que pocos pueden presumir y saber encaminar.

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